Bajo el título "Sabias y temidas: brujas, herboleras y curanderas", Toti Martínez de Lezea ofreció ayer una conferencia que abarrotó el salón de actos del palacio de Valdecarzana. La prolífica escritora vasca habló del papel de la mujer en la medicina de la Edad Media.
-¿Quiénes eran esas brujas, herboleras y curanderas?
-Desde luego que no eran brujas. Eran mujeres campesinas, analfabetas, que conocían las plantas y hacían lo que podían, ya que de aquella no había médicos.
-¿Por qué son perseguidas?
- Se les persigue y se las mata. Entonces, en Europa la población decreció por la sequía, las guerras, el hambre, la peste negra... Hacían falta hijos, muchos vasallos para trabajar los campos de los señores, para ir a las guerras. Pero los niños nacían a veces muertos y también fallecían las madres. De hecho, en las clases sociales altas, antes de dar a luz, las mujeres hacían testamento porque sabían que corrían riesgo de morir. En aquel tiempo se acudía a las parteras y herboleras porque sabían cómo proporcionar métodos anticonceptivos y cómo provocar abortos. De todo ello surgen leyendas de brujas y fantasmas.
-¿Quiénes las persiguen?
-Los propios vecinos las acusan y llaman a los inquisidores. Se crea una psicosis en torno a las mujeres de mal carácter, que viven solas, están enfermas... Una bruja es toda mujer que presenta algo anómalo: es zurda, tiene una marca en la piel sin explicación, le falta un dedo o posee uno de más.
-¿De dónde le viene el interés por estos personajes?
-Siempre me gustaron los cuentos de hadas y la mitología. A los doce años, mi padre me regaló la mitología vasca y, desde entonces, estoy interesada en el tema.
-Dice que la lectura del Diccionario Mitológico de José Miguel de Barandiaran le acercó a las leyendas y que las obras de Alejandro Dumas y Víctor Hugo le adentraron en la novela histórica.
-Las leyendas y la historia van de la mano. Me gusta la historia, pero no soy historiadora; me lo curro. Me gusta el pasado, que me permite juzgar el presente de alguna manera. La persecución a estas mujeres por cuestiones absurdas se ve actualmente. Siempre hay una caza, la mayoría contra la minoría, ya que ésta molesta. Tanto desde el punto de visto religioso, político o social, la minoría molesta.
-Actualmente, hay un grupo de autoras vascas que destacan en el panorama literario. ¿Hay una literatura de escritoras del País Vasco?
-No creo. Yo llevo 20 años escribiendo y soy una desconocida.
-En sus obras priman la cultura y las tradiciones locales.
-He viajado por todo el mundo y hablo seis idiomas. Los escritores deben escribir de cosas cercanas, de lo que viven y conocen. Deberíamos ser testimonio de nuestra cultura. Hablo de los perdedores, que somos todos, los de a pie, los que hemos mantenido el país, la lengua, la cultura, las costumbres, las tradiciones... No salimos en los manuales de historia ni en la prensa. El pueblo no aparece y las mujeres menos.
-Hoy es el Día de la Mujer. ¿Lo celebra de algún modo?
-El Día de la Mujer empieza el 1 de enero y termina el 31 de diciembre, así que yo no lo celebro. ¿Existe el Día del Hombre? No, porque no lo necesita. Celebraré el 8 de Marzo cuando se empiece a celebrar el Día del Hombre. Mientras, seguiré peleando.
