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ANTONIO TENORIO | Jefe de la brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional, participó en unas jornadas en Avilés

"Hay obras falsas en la calle y también en los museos"

"España es un país pícaro, pero hay falsificaciones en todos los estados; en China, cinco millones de copias al año"

Antonio Tenorio. MARA VILLAMUZA

Antonio Tenorio, jefe de la brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional, clausuró ayer las X Jornadas de Conservación y Restauración de la Escuela Superior de Arte. El inspector jefe habló de la lucha contra la falsificación de obras de arte.

-¿Qué labor desempeña la brigada de patrimonio histórico?

-Investigamos todo tipo de agresión al patrimonio histórico, tanto si de titularidad pública como privada: robos, hurtos, estafas, exportación ilegal o contrabando, expolio arqueológico, actividades contra la propiedad intelectual...

-¿España destaca por ser un país donde priman las falsificaciones?

-España es un país pícaro, pero falsificaciones las hay en todos los estados. Deberíamos distinguir la falsificación cuando es constitutiva de delito (estafa, contra la propiedad intelectual, falsedad documental..) de la copia en sí, que no es delito salvo que medie engaño, induzca a error, haya desplazamiento patrimonial del perjudicado o al comprador le den gato por liebre. En China hacen cinco millones de copias al año, que salen sin matices criminales. Sólo es una imitación muy bien hecha que por sí misma no constituye delito. Lo es cuando se ha adquirido y se manipulan firmas, se acompaña de un certificado y se engaña.

-¿Proliferan?

-Hay obras falsas, sí, pero no sólo en la calle; también en los museos. Señalar igualmente que la confirmación de la autoría de una obra fluctúa: hoy está catalogada de una forma y transcurrido un tiempo se descataloga.

-Al hablar de falsificaciones pensamos en pintura, pero ¿qué disciplinas son susceptibles de ser reproducidas?

-La arqueología, por ejemplo. Se falsifica todo. Aquello que es original tiene una réplica o es susceptible de ser copiado.

-¿Cómo actúa la policía cuando detecta un delito con una obra de arte?

-En principio, se hace lo que determine el juez. Cualquier decisión puede ser buena o aceptable excepto devolverle la obra falsificada a quien intentaba venderla como buena. De esta forma se está de alguna forma legalizando y es susceptible de volver al circuito comercial. Hay que evitarlo, sobre todo, cuando se trata de obra sobre la que aún hay vigentes derechos de la propiedad intelectual. Se está moviendo una pieza y aún vive un heredero o hay una fundación que defiende los derechos de un determinado autor. Ni a unos ni a otros les agrada que esas obras vuelvan a circular; quieren su retirada.

-¿A día de hoy, la tecnología permite falsificar todo?

-Todo, no; pero mucho, sí. Ayuda mucho. Han supuesto un impulso en la falsificación. Pero también ayudan en el reconocimiento de la autenticidad. Tiene ese doble perfil. La determinación de autenticidad requiere no sólo del experto; los medios tecnológicos son fundamentales, al igual que los estudios científicos, la procedencia de las obras, y la documentación que las acompaña desde el mismo momento que se originan. Todo va sumando a la hora de determinar si es o no buena.

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