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El corazón le negó la prórroga

Hugo Suárez, de 28 años, era un deportista que amaba el fútbol y el kick boxing y sentía devoción por su familia

El corazón le negó la prórroga

Hugo Suárez Martínez era un futbolista rápido y ágil. "El jugador más veloz que nunca he entrenado", decía ayer quien fue su míster, Chus Naves. Amaba el deporte por encima de todas las cosas, pero su pasión estaba dividida entre el balompié el kick boxing. En el campo de Santo Domingo de Miranda, Hugo Suárez cumplió hasta la muerte. Su equipo, el Llaranes, ganaba por dos goles cuando en el minuto 25 de la segunda parte su corazón quebró. No tuvo tiempo a despedirse. Le habría gustado abrazar a su hermano, el pequeño Raúl, al que adoraba. La familia era su devoción.

"Estaban muy unidos", decían vecinos de Trasona y de Los Campos, lugares donde Hugo Suárez pasaba sus horas de descanso, bien con sus padres, Dino y Cristina, bien con sus abuelos, que eran fans de su nieto. Hugo Suárez murió con 28 años y deja huérfano su inseparable número 7 -el que lucía en el campo- y un hueco imposible de llenar en familiares, compañeros, colegas y amigos. "Era una persona digna de ser querida", dijo ayer el párroco de Llaranes, José María Murias.

Rubén García, "Rubi", lo conocía desde hace unos dos años; era su entrenador de kick boxing. "La semana pasada vino a entrenar y estuvimos riéndonos, como siempre. Era una persona simpática, educada y respetuosa con todo el mundo. Un tío cojonudo, sano, que estaba como un cañón", manifestó, abatido. Yoli Pardo, boxeadora, añadió: "Era una persona tremendamente sana. Tenía una genética increíble, muy agradecida. Y volvía locas a las chicas porque era muy guapete".

El joven deportista siempre estaba donde se le necesitaba. Tal vez eso lo heredó de sus padres que, entre otras cosas, colaboraban con la cabalgata de Reyes de Trasona. De ellos y de sus abuelos, que durante años regentaron la cafetería del campo de tiro de Trasona, aprendió también el amor al trabajo. Hugo Suárez Martínez trabajaba en la planta de fabricación de nitrato de Fertiberia, en Trasona. Ayer fue un día "difícil" en la fábrica. "Era un crío muy majo, siempre con una sonrisa en los labios. Además era buen trabajador y buen compañero. Participaba en los torneos de fútbol organizados por la fábrica", señaló el director, Jesús Alberto González.

Hugo Suárez Martínez cambiaba a veces sus turnos de trabajo para poder entrenar con el Llaranes Club de Fútbol, el conjunto granate que ayer estaba de luto por la repentina pérdida de su jugador. Al joven corverano la vida le salía por los poros. Y lo demostraba a cada paso: era el alma del vestuario. Hugo Suárez Martínez era un luchador dentro y fuera del campo, pero un infarto le ganó la batalla sobre el césped del Miranda. Ayer nadie encontraba consuelo. El funeral por Hugo se celebrará esta tarde (17.00 horas) en Trasona.

"Pensar que en el próximo entreno no va a estar...", decía un colega. Hugo Suárez era un deportista con mayúsculas, más que por sus gestas por su comportamiento intachable en el campo. Su corazón, sin embargo, le negó la prórroga.

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