El guardia civil encausado por encañonar y amenazar a su mujer en 2014 aceptó ayer una condena de cuatro años de prisión en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, dos de ellos por un delito de lesiones en el ámbito familiar y la misma pena de cárcel por otra de amenazas. El acusado tampoco podrá acercarse a menos de 400 metros de la víctima ni comunicarse con ella por ningún medio durante diez años (cinco por cada uno de los delitos), y tampoco podrá entrar en el municipio de Avilés durante otros cuatro.

El juicio no llegó a celebrarse tras alcanzar las partes un acuerdo. El ministerio público pedía inicialmente ocho años de prisión (la acusación particular solicitaba 13), pero finalmente retiró los cargos por detención ilegal. Además, se tuvo en cuenta como circunstancia atenuante la reparación del daño, puesto que el encausado consignó en la víspera del juicio 3.780 euros en concepto de indemnización para la víctima.

El agente ingresó en prisión el 10 de diciembre de 2014 por unos hechos que ocurrieron el día anterior. Víctima y agresor llevaban cuatro años separados, después de 16 de matrimonio. El encausado abordó a su exmujer en el ascensor de su casa y, tras encañonarla con una pistola (supuestamente su arma reglamentaria), la sujetó por el cuello y la obligó a bajar al garaje. Allí, siempre según el relato de la Fiscalía, la tiró al suelo y comenzó a agredirla, mientras la amenazaba y le apretaba fuertemente en la sien con un arma. A continuación, la agarró por el pelo y la arrastró por las escaleras hasta el portal. Una vez en la calle, la metió en su coche y comenzó a circular entre amenazas. La mujer le prometió entonces que le quitaría todas las denuncias y que no contaría nada de lo ocurrido, y él la llevó a casa de un familiar. El acusado realizó estos hechos por un juicio de faltas que tenía al día siguiente. La mujer ya había denunciado al guardia civil en dos ocasiones, por lo que está pendiente de otro juicio por una de estas denuncias.