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QUINO FALERO | Director de "Pánico", que se estrena en el Palacio Valdés

"Pensar mucho en el público me ha hecho elegir mis proyectos"

"Lo bueno de las salas off son los nuevos dramaturgos, los actores, los directores, nuevas maneras de contar historias"

Quino Falero. RICARDO SOLÍS

El director de escena Quino Falero (Arrecife, Lanzarote, 1968) estrena esta noche en el teatro Palacio Valdés (20.15 horas) la comedia "Pánico", del dramaturgo finlandés Mika Myllyaho. Conversa con LA NUEVA ESPAÑA ante un descafeinado, unos minutos antes de dirigir uno de los últimos ensayos generales del espectáculo, que inicia en Avilés su carrera comercial.

-Este Mika Myllyaho es un autor muy raro.

-Sí. Mi anterior proyecto -"Tamaño familiar"- era una propuesta mía: elegí a los autores que participaron en ella. "Pánico" es un texto que me pasan. No había escuchado nunca hablar ni del autor, ni de la función. Me pasaron el texto en una traducción malísima, pero tenía algo. Empieza como una comedia aparentemente simplona, pero a medida que vas avanzando te das cuenta de que la primera impresión no era la buena. Eso fue lo que me gustó. El tema que trata era contemporáneo y me pareció que podía conectar con el público.

-Todas sus obras se hilan, precisamente, por lo contemporáneo. No le veo haciendo "Hamlet".

-No, no tengo interés en revisar cosas que no respondan a una situación con la que el público de hoy se pueda identificar. Casi toda mi carrera profesional la he desarrollado en el teatro privado y esto quiere decir que estableces una relación crucial con los espectadores. La cantidad de público que va a ver tu obra es muy importante. Esto me ha condicionado y por eso pienso que el trabajo que hago le debe resultar de interés. Esto no quiere decir ni que sea fácil o tonto; al contrario. Yo no soy así: no me gustan las cosas que no tienen una sustancia de fondo. Tal vez esta cosa de pensar mucho en el público me haga elegir mis proyectos.

-Tal cual están las cosas, ¿cómo es que sigue habiendo empresarios que se dedican al teatro?

-No lo entiendo. Últimamente he tenido algunos acercamientos a la producción y he participado del negocio. Cuando ves los resultados te preguntas: "¿Quién puede tener el valor de poner su dinero para hacer teatro?".

-¿Qué le mueve a usted?

-La verdadera satisfacción es poder vivir de algo que pueda seguir creando. Esto es un lujo. Hay veces que vives mejor y otras, peor. Los peores momentos no han sido lo suficientemente malos como para que haya decidido dejarlo. De alguna forma, no sé si consciente o inconscientemente, uno percibe siempre que esto es algo transitorio.

-¿Qué han traído las salas alternativas al nuevo teatro?

-Con el tiempo que ha pasado, por fin tenemos una distancia para redefinir lo que ha supuesto el off, que no es otra cosa que una respuesta a la propia necesidad natural de la gente que nos dedicamos a esto de encontrar el modo de exhibir nuestros trabajos como fuera, a toda costa. Eso no es lo bueno. Lo bueno son los nuevos dramaturgos, los actores, los directores, nuevas maneras de contar las historias que tienes entre manos.

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