Los usuarios del parque de Ferrera valoran que se regule su uso el Lunes de Pascua, pero siempre y cuando no se establezcan prohibiciones para que los más jóvenes puedan disfrutar de la tradicional Comida en la Calle sobre la pradera del pulmón verde de la ciudad. Esta es la opinión más extendida entre los habituales de la zona consultados ayer por este periódico, que ven con buenos ojos que se adopten medidas para que el área sufra lo menos posible en la celebración del próximo día 28. Representantes de varios servicios municipales y de la Policía Local se reúnen precisamente hoy para buscar soluciones a esta cuestión. El debate está servido y ejemplo de ello es el que mantuvieron ayer en plena pradera Noelia Álvarez, Patricia Díez, Luis Rodríguez y Ginés García:

-Los chavales deberían tener un poco de cuidado. Las papeleras y contenedores están para algo.

-Se debe concienciar a la gente. Lo que no se puede hacer es cerrar el parque ese día, pero sí hacer que se cumplan una serie de normas.

-Está bien lo de la concienciación, y deberían poner más contenedores, pero también es cierto que pagamos por unos servicios públicos. Ahora lo que está de moda es prohibir y prohibir.

-Si todos recogiéramos lo que tiramos, el parque no tendría que permanecer cerrado una semana para su limpieza.

El joven Pablo Pérez disfruta cada año de la Comida en la Calle en el Ferrera. Es de los que opina que "está bien que lo regulen". "Todos los años se acumula muchísima basura, ves botellas clavadas en el suelo... El jardín acaba destrozado, pero a los chavales nos gusta venir aquí. He oído que se está planteando la posibilidad de que no dejen meter botellas, ¿entonces cómo hacemos? Siempre hay policía controlando", señala.

Para Manuel Pérez, "los jóvenes tienen todo su derecho" de disfrutar de la comida popular sobre el césped del Ferrera. "Que los dejen disfrutar. Lo que es importante es que no rompan las botellas, para que no quede todo lleno de cristales, pero por lo demás... Es un día de fiesta y todos tenemos una edad para disfrutar", asevera.

Más reacia se muestra Vanesa Álvarez, que cada día cruza el Ferrera para llevar a su hija al colegio. "Pues yo creo que lo mejor sería que no vinieran al parque ese día. Hay mesas y sillas por toda la ciudad para comer en la calle, sin falta de venir aquí. Luego el parque permanece al menos tres días cerrado. En nuestro caso, tenemos que dar todo un rodeo para ir al colegio", asevera.

Las opiniones son tan diversas como los colores, hasta dentro de la misma casa. "Esto es una verdadera joya (el Ferrera ha sido reconocido recientemente jardín histórico y forma parte del Patrimonio Cultural de Asturias). Como queda después de la Comida en la Calle, es una verdadera vergüenza. Deberían cerrarlo", opina Celina Fernández, octogenaria que pasea a diario por el Ferrera junto a su marido Celso Meilán. "Si tuvieran cabeza... Pero pillan unas borracheras grandísimas y arremeten con todo", añade. Meilán, en cambio, cree que "se debe dejar libertad a la gente", pero pide "que se use el parque con cabeza". "Lo peor son las botellas que rompen", asevera.

No sólo sufre el césped del Ferrera con motivo de la comida popular, también la fauna del parque. Así lo asegura la Asociación Nacional Animales con Derechos y Libertades Anadel, que ha solicitado al Ayuntamiento que "para poder garantizar la integridad de los ejemplares que habitan el estanque se instale como medida protectora un cercado que impida el acceso de las personas al mismo". Según el colectivo, en ediciones anteriores se produjeron incidentes que se saldaron con varios patos dañados.