Cuando el artista Carlos Coronas tomó la palabra ayer en la inauguración de la exposición "Los territorios soñados" lo hizo para pedir que se potencien las enseñanzas artísticas en los centros educativos, pero no sólo eso. Reivindicó también los procesos creativos como "patrimonio del futuro". Y en tanto que dejó claras sus peticiones, pasó después a explicar la génesis de una muestra que estará en la cúpula del Niemeyer hasta el próximo 2 de octubre.

Se trata de trece piezas lumínicas que trascienden la pintura para acercarse a la escultura, una muestra que llega al Niemeyer después de haberse presentado parcialmente en salas tan diversas como el MAG de Elche o el Museo Barjola de Gijón. "Este trabajo visualiza lo que llamamos el sistema del arte asturiano. Coronas comenzó en 1990 en la sala Borrón, parte de las piezas que presenta hoy en el Niemeyer se crearon en Laboral Centro de Arte y una de estas piezas terminará en el Museo de Bellas Artes", destacó Vicente Domínguez, presidente de la Fundación del Niemeyer y viceconsejero de Cultura.

"Los territorios soñados" es una muestra que cuenta con el patrocinio de la Fundación EDP y parte de su producción corrió a cargo del propio Centro Niemeyer. Coronas trabajó con intensidad durante tres semanas para que desde ayer mismo todo el mundo pueda contemplar sus "lampyridae" (luciérnagas) con más metros de los posibles.