El presentador de la gala de la Xana y Xanina, Rubén Arias, subrayó ayer el abolengo añoso que atesoran unas fiestas como las del Bollo: 123 años celebrando la llegada de la primavera, el final de la Cuaresma y, como dijo la Alcaldesa, Mariví Monteserín, "la alegría, el entusiasmo y el optimismo de los avilesinos". Y es que de todo eso hubo mucho ayer tarde en el teatro Palacio Valdés, un coliseo que se llenó hasta la bandera con los que quisieron asistir a la ceremonia de imposición de las bandas que certifican el reinado de las fiestas a Sara Bautista (Xana) y a Lucía López (Xanina). El de ellas y también el de su corte de damas: Sofía Álvarez, Paula Díaz, por un lado, e Inés Liaño, Ariadna Martín, Laura González, Lucía Sarille, Ángela Ocejo y Lucía Herrero, por otro.

La gala contó con varios números de danza a cargo del cuerpo de baile de Teresa Tessier y la cerró el cantante avilesino Emilio Menéndez, que presentó, como colofón, su nuevo disco: boleros de hoy, de ayer y de siempre. Fueron algo más de dos horas para encender las celebraciones más tradicionales del concejo cuyos días grandes serán los próximos Domingo de Resurrección y Lunes de Pascua.

Arias, que es también el gerente de Festejos, hizo una encuesta entre la Xanina y sus damas para descubrir qué era lo mejor de las fiestas del Bollo. Ganó salir en las carrozas. Y lo hizo porque es la oportunidad de "tirar caramelos y serpentinas", señalaron. La Xanina fue un paso más allá: "La Comida en la Calle, porque estoy con la familia". Sobre esta celebración habló también la alcaldesa de Avilés en su discurso. "En 1993, corrimos el riesgo al proponer esta actividad. Exigía que toda la ciudad se implicara en ella. Muy pronto los ciudadanos tomaron la iniciativa como algo propio y convirtieron esta Comida en una de las singularidades de esta ciudad", apuntó. "Voy a presumir: nos tratan de imitar, pero están muy lejos de alcanzar nuestros números", apostilló. Y los números, como todos los años, son espectaculares: más de 15.000 inscritos.

Entre coreografía y coreografía, Rubén Arias continuó relatando la historia de la fiesta con más historia de todas, la que se creó en el salón de la fonda de la Serrana, donde se reunía el doctor Claudio Luanco, que era de Castropol, y sus amigos. Recordó que las esencias de la fiesta quedaron fijadas muy pronto: el bollo, el vino, las reinas, el pregón, las carrozas y xarrés... La cosa empezó a cambiar en 1993. El Ayuntamiento, desde 1917, se encarga de organizar los festejos que despiden los rigores de la cuaresma y abren paso a los jolgorios. Esto de los jolgorios salió también a colación cuando Arias preguntó a la Xana y a sus damas quién quería que actuase en la próximas fiestas de San Agustín. Lo tuvieron claro: Melendi, "Tequila" y "Ráfaga". Estos últimos, de parte de la reina, que se lo pasó en grande la última vez que estuvieron en Avilés. Pero para eso todavía falta mucho tiempo.