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La rula de Avilés usará unos modernos sensores para medir la frescura de las merluzas

Todos los ejemplares serán controlados en la lonja con una técnica de inteligencia artificial para evitar que lleguen en mal estado a la pescadería

Cajas de pescado en la rula de Avilés. MARA VILLAMUZA

Para distinguir si una merluza está fresca, la sabiduría popular invita a mirar los ojos del pescado: estos deben de ser convexos (abombados), con las pupilas negras o azuladas y brillantes. Para evitar cualquier tipo de riesgo, la merluza que se rule ahora en Avilés pasará por un filtro que permitirá la categorización objetiva de la frescura en primera venta. Esto será posible gracias a la aplicación de sensores y técnicas de inteligencia artificial con el fin de reducir la subjetividad propia de la evaluación humana a la hora de clasificar la frescura del pescado y aumentar la confianza de todos los compradores en la lonja.

"Básicamente, el proyecto consiste en la valoración de los parámetros sensoriales de frescura de la merluza de volanta de dos kilos con un sistema de visión artificial basado en espectrofotometría infrarroja capaz de realizar una clasificación objetiva de la merluza atendiendo a los criterios de frescura, aportando así un valor añadido a la percepción del personal clasificador de la rula de Avilés", explican los responsables del colectivo que coordinará el trabajo, Fedepesca (Federación Nacional de Asociaciones Provinciales de Empresarios Detallistas de Productos Pesqueros). El proyecto tendrá una duración de 18 meses y está previsto celebrar una jornada final para la presentación de los resultados. El estudio se gestó en la rula de Avilés el pasado febrero.

"Hay que incidir en el carácter absolutamente innovador de esta iniciativa ya que hasta el momento no se había intentado integrar ningún sistema objetivo ni ninguna tecnología que ayudara a la categorización de la merluza en primera venta", agregan desde AZTI, un centro tecnológico con importante actividad en el País Vasco especializado en investigación marina y alimentaria, que se hará cargo de la investigación. "Se ha seleccionado como producto para desarrollar el proyecto y realizar las pruebas la merluza por ser el pescado más comercializado de España y como arte de pesca la volanta, pero se comprobará si los parámetros que se seleccionen podrían permitir testar el sistema independientemente de su forma de captura", apostillan desde Fedepesca.

El proyecto está cofinanciado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca. Los responsables de Fedepesca presentaron el mes pasado el nuevo plan de trabajo al director de la Autoridad Portuaria, Santiago Rodríguez Vega. Con los resultados que se obtengan se conocerá más acerca de la frescura de la merluza. En las pescaderías, entonces, ya no hará falta mirar fijamente a los ojos de cada ejemplar para saber si lleva horas o días sobre el mostrador. Su buena calidad estará garantizada prácticamente desde que sale del mar.

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