Las actuaciones de La Muralla y Rivero-Parque de Ferrera, incluidas en el nuevo plan de mejora del casco histórico, son las que más rápido se podrían acometer una vez se apruebe definitivamente el documento ya que dependen de la iniciativa pública. En el primer caso, el Ayuntamiento deberá conseguir las viviendas ahora adosadas al paño de muralla que se quiere sacar a la luz para proceder a su derribo. La administración cuenta con muchos solares en la zona de Las Alas, donde se podrá construir un edificio que compensará el derrumbe de las casas.

"Que sea más factible no quiere decir que sea rápido porque los plazos urbanísticos ya sabemos que son lentos", comentó Luis Ramón Fernández Huerga, concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Avilés. Respecto a la actuación de Rivero-Parque de Ferrera, el plan establece completar el frente de la calle Rivero con la construcción de dos edificios en los números 20 y 22 mediante el sistema de compensación. Ahí se abrirá un nuevo acceso al parque bajo una de las edificaciones.

"En el resto intentamos que se resuelvan por sí mismas. Por ejemplo, el pasaje que va por detrás de la iglesia -se creará un mirador sobre la muralla y la ría-, es una cesión que tiene que haber por parte de iniciativa pública pero hay una parte de expropiación de un edificio y puede generar algo de complicación", explicó el edil socialista.

El resto de actuaciones dependerán íntegramente de la iniciativa privada y hay algunos propietarios que han mostrado "más interés que otros" en su desarrollo. "Todas son factibles económicamente y dependen de una única propiedad, que era lo que buscábamos porque hace más sencillo la capacidad de gestión", añadió Fernández Huerga.

Así, por ejemplo, los propietarios del edificio de Galiana incluido en el plan -número 23 de la calle- han transmitido su intención de rehabilitar la vivienda, según el concejal. También los responsables de la casa palacio de Carlos Lobo han trasladado en múltiples ocasiones su intención de rehabilitar el edificio. En un primer momento, la intención era destinar el inmueble a un hotel -hace unos años la propiedad tuvo que rechazar la implantación en la ciudad de una importante cadena hotelera por los retrasos en el plan del casco histórico- pero ahora no se descarta otros usos, incluso educativos.

"No venimos a corregir nada del anterior, buscamos instrumentos de gestión que sean más efectivos", dijo Huerga.