Gerardo González Fuertes llega a la presidencia de la Asociación Atlética Avilesina con las mejores referencias. Es la típica persona llena de proyectos que se involucra sin reservas en todo lo que hace y que no tiene un segundo libre al día, pero que saca tiempo para algo nuevo. Todo el mundo sabe que está ahí y todos le buscan porque se compromete a fondo y siempre responde.
Le avalan su brillante trabajo en la AMPA de la escuela infantil de Llaranes y en el colegio de Villalegre; su pasión por el deporte; y su experiencia en manejar grupos desde la secretaría de política municipal y la ejecutiva del PSOE de Avilés, de la que forma parte desde hace siete años.
Y es que el decimocuarto presidente desde la fundación de la Atlética, en septiembre de 1932, es un hombre muy polifacético, emprendedor, concienzudo en el trabajo, apasionado de las redes sociales, socio del Sporting y decidido a meterse en todos los charcos, sobre todo, los relacionados con el deporte y la política, sus dos pasiones, además de su familia, su mujer y sus dos hijos. "Un hombre muy trabajador que sabe rodearse de gente y motivarla", dicen quienes mejor lo conocen.
González, de 42 años, vive en La Luz. Nació en Avilés en el seno de una familia originaria de Quirós por parte paterna y leonesa por la materna. Ensidesa los unió, pero también los alejó después porque su padre se marchó a Vigo y, posteriormente, a Madrid por motivos laborales. Gerardo estudió y pasó la juventud en la capital, pero nunca perdió sus raíces avilesinas y, en una de sus visitas, conoció a su mujer y volvió a Asturias, hace 20 años.
Dejó aparcados los estudios en segundo de Derecho para trabajar y vive de su puesto como delegado comercial de la zona Noroeste de una empresa japonesa del sector del aire acondicionado y el frío industrial, con sede social para España en Vitoria.
Entró en contacto con la Atlética a través de Sergio Villanueva, su antecesor en el cargo, organizando carreras desde la AMPA de Villalegre y, poco a poco, la colaboración fue a mayores. Su amigo le animó a hacerse socio y, a los tres años, ya estaba en la directiva como responsable de la sección de atletismo. Ocupó durante más de un año el cargo y conoció a gente como él, comprometida con la entidad y generosa en un trabajo a menudo muy poco visible y continuo.
Sus nuevos compañeros le animaron a sustituir a Villanueva y lo pensó mucho porque entiende que presidir la Atlética supone una gran responsabilidad por la repercusión y el prestigio que tiene en la ciudad. La idea le atraía, pero no aceptó hasta que tuvo el visto bueno de su familia, que será la que más sufra su falta de tiempo pero todos en casa piensan que lo puede hacer bien.
Quienes trabajaron a su lado durante este tiempo aseguran que es "perfecto" para el puesto porque sabe delegar, aunque lo controle todo desde la sombra. Y esa es su intención, que cada sección funcione de forma autónoma para no tener que estar encima de todo, aunque asume que tendrá que restar tiempo a la política: "Quizá tenga que dar un paso atrás por la Atlética, aunque no lo quiero dejar. Hablaré con el partido para ver lo que se puede hacer".
Llega a una Atlética saneada, con una pequeña deuda que está negociada con el acreedor, gracias a la máxima de la directiva de Villanueva durante los ocho últimos años de gastar sólo lo que se podía para cumplir el presupuesto; y tiene claro que su gestión va a ser muy realista. "Queremos ir creciendo, pero con cabeza y sin plantearnos locuras porque morir de éxito es tan malo como morir de fracaso", asegura.
Su prioridad para estos cuatro años a nivel deportivo es consolidar las cuatro secciones: atletismo, piragüismo, balonmano y baloncesto, y se marca el objetivo de crecer en ingresos por patrocinios y socios porque, a nivel institucional, sabe que es complicado. Y en lo social, "crecer en la idea de que la gente sienta la Atlética como algo muy propio de Avilés y que muy orgullosa de su escudo", dice.
González no esconde que el expresidente Toso Muñiz es un referente en la Atlética, el personaje más emblemático, pero dice que su espejo como gestor es Sergio Villanueva porque "coincido con él en muchas cosas y valoro que cogió el club en un momento complicado y lo dejó en una situación envidiable".
