Más de medio millón de litros de agua almacenados en depósitos sacian la sed del Hospital Universitario San Agustín. Pero eso no es nada. Los bomberos disponen de 236.000 más para posibles emergencias. "Nunca han tenido que utilizarlos", dice Santiago Amor, que fue responsable del mantenimiento del centro médico, que este año celebra sus 40 a pleno rendimiento. "Las consultas comenzaron en febrero de 1976, pero en el mes de diciembre anterior ya me tocó estar abriendo cajas y acomodándolas", apostilla José Soler, que fue el jefe de Rayos X durante más de tres décadas. Los dos e Isabel Ponzán (exsupervisora de extracciones), Javier Guederiaga Madariaga (exjefe de Nefrología) y Leonor Ibáñez (exsupervisora de Urgencias) serán los guías de los ciudadanos que quieran conocer las entrañas de uno de los edificios claves en la vida de la comarca en estas últimas cuatro décadas. Todos los sábados y domingos de abril y el 1 de mayo. Las visitas precisan de reserva previa (985 123032 y 985 128324). "Así organizamos los grupos", aclara Javier Rodríguez, director del Hospital, que ayer fue el anfitrión del primer recorrido por las venas y arterias del edificio.

Del vestíbulo principal a la segunda planta, pasando por la "M-30", una galería de servicio de más de 120 metros de longitud que permite la distribución de agua, calefacción y comunicaciones y datos, todos los secretos del San Agustín quedan al descubierto. Y son unos cuantos. Por ejemplo, que la gerencia del Área III -la dirige Begoña Martínez, que participó también en la primera jornada de puertas abiertas de este mes- paga cada mes las nóminas a más de 1.800 personas: 1.000 enfermeras y auxiliares, 400 facultativos y el resto, técnicos y personal de mantenimiento. El San Agustín es la mayor empresa pública de la comarca; la segunda, detrás de Arcelor.

El 40.º aniversario contará con un programa de actos que se presentará en unos días. Mientras tanto, el director, habla del proyecto "Yo nací en el San Agustín". "Lo que queremos es montar un mural con fotos actuales de todos los que nacieron aquí. Con ellas formaremos la imagen del edificio", explica Rodríguez. Para eso está habilitado este e-mail: 40aniversario.area3@sespa.es.

La visita comienza en el Hospital de Día. "Aquí se hacen, sobre todo, los tratamientos oncológicos", dice Isabel Ponzán. "El año pasado pasaron por aquí 880 personas", dice la exsupervisora de extracciones. También toma la palabra cuando llega el turno de conocer el laboratorio donde se analizan las muestras no sólo del Hospital sino también de los ambulatorios y de la Unidad Regional de Medicina Deportiva. La comitiva también pasa por la farmacia.

Santiago Amor fue durante años responsable del mantenimiento del centro, un área que emplea a casi 40 personas y que atiende la subestación eléctrica, los aljibes de agua y las telecomunicaciones. Todas estas áreas están hiladas por una galería sombría que es, al Hospital, lo que la aorta al organismo.

"Los grupos electrógenos tienen 1.000 kilovatios (unidad de medida de la potencia) cada uno. Tenemos dos y uno más, pero de 250. Es lo que nos permite reaccionar en menos de 15 segundos ante un descenso de suministro", explica Amor. La red que consume el Hospital viene dada por la empresa EdP. "Nos suministran 120.000 voltios de tensión que transformamos en 380, para bombeo, y en 220, para el resto de las instalaciones; alumbrado incluido", señala el exresponsable de mantenimiento de la instalación cumpleañera.

La visita a las entrañas del San Agustín da buena cuenta también de los depósitos de gases: oxígeno, aire medicinal e, incluso, gas de la risa. Santiago Amor explica también profusamente el funcionamiento de las calderas: un río que emprende un viaje de ida y vuelta a una sala. "Y siempre por encima de los 50 grados centígrados, que es como terminamos con la bacteria legionela", apunta. "Por eso, advertimos siempre que el agua caliente de los baños puede quemar", apostilla Soler, que es el que toma el relevo en la visita guiada. A él le toca explicar el funcionamiento de la nueva resonancia magnética, del nuevo ecógrafo y también del escáner que se instaló "hace poco más de un año". Todo, en la segunda planta. Es también el que muestra las piezas de museo, que cierra la visita guiada, ya en vestíbulo del salón de actos. "Tenemos muchas piezas de las que se ven aquí, lo que sucede es que no tenemos sitio para poderlas exponer de forma permanente", se lamenta Javier Rodríguez. Los médicos hacen memoria de los usos de lámparas, ordenadores del Pleistoceno... Los años del Hospital San Agustín quedaron grabados en la memoria de sus trabajadores. "Aún están aquí algunos de los que lo inauguraron. Hacemos esto para ellos, pero también para toda la ciudad", concluye Begoña Martínez antes de beber agua. Hay sed.