El conflicto de la dirección de la auxiliar Montrasa Maessa con sus 34 trabajadores deja "tocada" a Alcoa, aunque mantiene su actividad en la medida que lo viene haciendo cada día (o sea, al 66 por ciento). Desde las 00.00 horas de ayer miércoles nadie desarrolla labores de mantenimiento de obra civil y limpieza industrial. Los empleados de Montrasa Maessa también compartían con los de Alcoa labores de movimiento de producto comercial (carga de camiones) y eso, según ha podido saber este periódico, continuará. Lo que queda pendiente, sin embargo, es el tratamiento de escorias o la descarga de barcos.

Las tareas del contrato al que renunció Montrasa Maessa "no son vitales", aunque lo podrían ser si el conflicto se alarga en el tiempo, admitió Ricardo Martínez, del comité de empresa de la subcontrata. Prueba esto el hecho de que Alcoa haya sacado a concurso un contrato con esas misma tareas (se presentaron 8 empresas, pero ninguna cumplió las expectativas y, en consecuencia, quedó vacante). Alcoa recalcó que las condiciones de este contrato son las mismas que las del año pasado, cuando Montrasa Maessa decidió asumirlo. Doce meses después, sin embargo, considera que las cosas han cambiado y achaca esto al "incumplimiento por parte de los trabajadores afectados del acuerdo que en su día posibilitó la continuidad del colectivo que venía realizando los trabajos en las instalaciones de la principal", aseguró José Luis Traviesa, gerente de Montrasa Maessa, a LA NUEVA ESPAÑA.

El conflicto al que se refiere Traviesa se incendió cuando Jofrasa despidió a 39 personas porque no podía asumir sus nóminas. El acuerdo supuso el despido de dos personas y la rebaja del sueldo de los que quedaban. Los dos despedidos recurrieron al juez y este les dio la razón: se les deben sueldos impagados. Los sindicatos consideran, sin embargo, que Montrasa Maessa "no hizo lo que tenía que hacer: subrogar a todos, tal y como dicen los Acuerdos de Oviedo".

En este mismo orden de cosas, las direcciones de las dos empresas afectadas comunicaron ayer a los trabajadores de la auxiliar encerrados (y a los que no lo están) en la aluminera que deben "desalojar" la planta que la multinacional norteamericana tiene en San Balandrán (Avilés). "Ya no trabajan allí y pueden dificultar el desarrollo normal del trabajo de la fábrica", apuntó una portavoz de la empresa. Ricardo Martínez, del comité de empresa, reconoció haber recibido estos avisos, pero también señaló que, por el momento, no entraba dentro de sus planes abandonar el vestuario en el que se centralizaba su tarea.