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GOYO JIMÉNEZ | Humorista, presenta el espectáculo "Bytheway" el domingo en Avilés

"El humor no se fija en la bondad; me gusta resaltar la parte mezquina que tenemos"

"Con la excusa de la risa, en mis espectáculos intento potenciar la reflexión y la catarsis; me gusta este doble juego"

Goyo Jiménez.

Goyo Jiménez es uno de los monologuistas de referencia de la escena española. Habitual de los platós de televisión y de los principales teatros de la geografía nacional, el domingo presenta en el Centro Niemeyer el espectáculo "Bytheway", a las 19.30 horas. El lunes, día 18, participará en el Ciclo Palabra y será entrevistado por Dani Alés, guionista y cómico.

- ¿Qué es "Bytheway", locución inglesa que se traduce como "a propósito"?

-Siempre me llamó la atención esta expresión, que también tiene mucho de improvisar. El caso es que, pensando en el espectáculo, la idea era hacer un recopilatorio de mi trabajo, pero acabó siendo lo que surgía. El objetivo es la improvisación y la golfería frente a los trabajos de los últimos diez años, más cerrados y estructurados.

-¿Qué ingredientes lleva?

-Cosas que se quedaron por el camino y no encajaban en otros espectáculos, pero que no quería dejar de hacer. Es la primera vez en treinta años de profesión que miré en mi biografía.

-¿Revisar la vida supone que ya ha madurado en esta profesión?

-Bueno... ya no soy un pimpollo. Empecé muy joven. A los 14 años cobré mi primer sueldo en Albacete. Conforme he ido haciendo este espectáculo me di cuenta de la cantidad de cosas vividas, de la gente que he conocido, los países recorridos... Aunque este trabajo no pretende revisar los recuerdos.

-Estas semanas está inmerso en un rally de espectáculos

-A la hora de estructurar la programación la hacemos de la forma mas ergonómica. A Asturias acudimos mucho por motivos personales, ya que la familia materna de mi mujer es de Mieres y yo tengo antepasados de Sama.

-"Bytheway" lleva dos años en cartel. ¿Ya está preparando el siguiente trabajo?

-En agosto, estreno en Bilbao "Más difícil todavía", sobre la óptica del mundo de hacer las cosas cada vez más complicadas. Tenemos que pelear en muchos campos de batalla y la vida es agotadora. Por ejemplo, todo lo tenemos que contar en las redes sociales. Siempre estreno en Bilbao en la Semana Grande; se ha convertido en una tradición. Voy por calle como un bilbaíno más. Me he convertido en parte de la vida de la ciudad. Jamás pensé conseguir que la gente te conozca, te solicite, te aprecie... Es maravilloso.

-¿El entorno más cercano es la mejor fuente de inspiración de un humorista?

-Ésa es la clave. Me centro en lo que pasa alrededor. Los seres humanos hacemos cosas absurdas. Todos llevamos dentro la posibilidad de ser bueno y malo y me gusta resaltar más la parte mezquina. El humor no se fija en la bondad. Todos los problema habidos con el humor nacen de haber traspasado la fina línea roja que existe entre caricaturizar y degradar.

-¿Le gusta repetir monólogos y la gente se los pide aunque ya los conozca?

-Yo nunca repito. No hago textos de memoria. Sé a qué lugar quiero llegar y durante el paseo voy disfrutando. Esto es lo que diferencia un espectáculo de una grabación. Lo que hago en teatro no se ha grabado en televisión, no tiene sentido y sí incentivos.

-El "boom" del monólogo surgió hace unos quince años. ¿En qué estado se encuentra: ha evolucionado?

-El monólogo ha lanzado a mucha gente. Ha desaparecido el impacto televisivo y ahora el público va al teatro, quiere ver al artista y conocer qué ofrece.

-¿Cuál es su reto ante un nuevo espectáculo: hacer reír, pensar, analizar...?

-Con la excusa de la risa intento potenciar la reflexión y la catarsis; me gusta este doble juego.

-¿El humorista tiene que arrancar siempre la risa?

-Sí, aunque para ello se pueden utilizar caminos diferentes. Por ejemplo, el humor surge de un reflejo del miedo; sonreímos ante el temor a que nos suceda algo. También se puede hacer con la muerte. En un velatorio, suele aparecer la risa. Hay que afrontar la vida con humor.

-¿Cómo trabaja? ¿Sigue un método?

-Soy maniático, caótico, trabajo en casa, en el tren, en el hotel... Esto es un modo de vida, no un trabajo. Si a las tres de la mañana se me ocurre una cosa, la apunto y, a veces, empiezo a darle vueltas y no puedo dormir.

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