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Los intoxicados en Azsa superaron mil veces el nivel permitido de mercurio

Un estudio de la Universidad prueba que los operarios respiraron el metal Tres afectados renuncian al pleito, que sigue adelante

Parte de los trabajadores intoxicados por mercurio, en el parque del Muelle. RICARDO SOLÍS

El medio centenar de trabajadores de la empresa Ingeniería Montajes del Norte (Imsa) que se intoxicaron por mercurio en el otoño de 2012 lo hicieron al inhalar este metal pesado en estado gaseoso, es decir, lo respiraron. Ésta es una de las conclusiones principales de un estudio publicado hace unas semanas por la doctoranda Silvia Queipo Abad, el profesor Pablo Rodríguez-González y el catedrático José Ignacio García Alonso en el "Journal of Trace Elements in Medicine and Biology", una revista de la Federación de Sociedades de Traza de Elementos y Minerales (FESTEM, en sus siglas inglesas). "El trabajo que presentamos ahora fue avanzado hace tres años. La novedad es que determinamos la forma del mercurio en el organismo de los trabajadores afectados: mercurio inorgánico y no metilmercurio, como se había creído hasta ahora. Esto nunca se había podido describir en la literatura científica", recalca José Ignacio García Alonso, del departamento de Química Analítica de la Universidad de Oviedo.

Los tres químicos echan por tierra en su estudio otras posibilidades que se habían puesto sobre la mesa durante la "crisis del mercurio": que los trabajadores hubieran podido comer el metal (lo defendió ante la juez un perito a instancias de la empresa Azsa) o que viniera arrastrado por amalgamas (empastes) en la dentadura de los trabajadores (muchos de los afectados, precisamente, han visto como sus dentaduras han sufrido gravemente las consecuencias del envenenamiento durante los días en que trabajaron en Azsa).

En el estudio de los tres químicos se puede leer: "Nuestros resultados (...) muestran que las concentraciones de mercurio en el cabello expuesto puede ser de hasta 1.000 veces más altas que la que entra en el cabello como consecuencia de la ingestión o absorción pulmonar". Y es que los niveles de este metal pesado en buena parte de los trabajadores fue espectacular. Del estudio de los tres químicos se desprende, pues, que los trabajadores envenenados lo fueron por trabajar en un ambiente cargado con el metal pesado.

Según se relata en el informe dictado por el Inspector de Trabajo Alberto Paramio, todo comenzó a mediados de noviembre de 2012, cuando la empresa Asturiana de Zinc (Azsa) contrató a la auxiliar Imsa para sustituir los tubos de acero-carbono del intercambiador por donde circulan gases sulfurosos con restos de mercurio procedentes del proceso de tostación de la blenda (materia prima del cinc metal). Estos restos posteriormente se emplean para fabricar ácido sulfúrico. Esta tarea se inició el 19 de noviembre y se alargó hasta el 2 de diciembre. Entonces fue cuando el Hospital San Agustín de Avilés atendió al primero de los trabajadores envenenados. Después de el primero, llegaron seis más (uno de ellos, en Oviedo). Finalmente, las cincuenta personas que habían sido destinadas a reparar los tubos mostraron exceso de mercurio en sangre en cantidades desproporcionadas.

Este accidente -el más grave de este tipo en la Unión Europea en los últimos veinte años- devino en un proceso judicial abierto a instancias del Hospital San Agustín -que fue el primero en detectar el envenenamiento-. Una magistrada avilesina -la del juzgado Número 4 de Primera Instancia e Instrucción- investiga actualmente a varios jefes de la planta de Azsa en San Juan de Nieva y, asimismo, de Imsa.

El proceso continúa abierto, actualmente, aunque a instancias de un único trabajador envenenado. Tres de ellos, que hasta hace unos días pleiteaban contra la multinacional, acordaron la pasada semana adherirse al protocolo promovido por Azsa y que habían firmado la mayor parte de los trabajadores hace un par de años (en marzo de 2014). La diferencia es que los tres últimos en sumarse al protocolo lo han hecho con el compromiso de una indemnización que en la actualidad negocian las partes.

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