En la plaza del Carbayo no había un carbayo. "Lo que sí que había era un saúco", explicó ayer Héctor Martínez, que es estudiante de Historia del Arte y uno de los cinco promotores de la celebración del Día de los Monumentos, una fiesta que este fin de semana descubre los secretos de Avilés a cuantos estén dispuestos a recorrer el municipio bajo un paraguas. Y es que la lluvia sobreactuó ayer más de lo esperado (la primera ruta, la de las 11.30 horas, se tuvo que suspender por esa causa). Y, sin embargo, la iniciativa cosechó aplausos. "Esto se tiene que repetir", sentenciaron algunos usuarios que recorrieron la ciudad al llegar al final del recorrido, delante de la iglesia de Santo Tomás de Cantorbery.

"Esto me parece genial", aseguró Anabel Navarro, que llegó ayer a Avilés desde Portugalete (Vizcaya) para descubrir que había la posibilidad de conocer la ciudad más allá de lo que indican los planos y las guías para turistas. "Es mejor que nos expliquen de viva voz cómo es todo esto", señaló la misma visitante mientras Héctor Martínez se despedía del auditorio que le había escuchado embelesado durante algo más de una hora.

Los guías improvisados, con el apoyo de la Universidad de Oviedo, decidieron traer a Avilés un proyecto que el pasado año se probó en Oviedo y Gijón con mucho éxito: el Día de los Monumentos sólo se puede celebrar entre monumentos. "Y de esos hay muchos en la ciudad", apuntó Celia Ruiz. Ella y Héctor Martínez se encargaron de recorrer el casco histórico de la ciudad. "Esta es la zona mayor, por eso somos dos", se justificó Ruiz. Los otros tres compañeros estuvieron, mientras tanto, en el Cementerio de La Carriona y también en Raíces Viejo, "donde estaba el castillo de Gauzón que protegía la ría de Avilés", recalcó Martínez.

Los dos guías establecieron su campamento base en los bajos del Ayuntamiento de Avilés. "Desde mediados de semana estamos apuntando gente. Vamos a ser más de quince", aseguró Martínez. Y así fue. A las 13.00 horas comenzó el recorrido histórico a una ciudad que ayer tomó nueva encarnadura. Edelmira Fernández, que vive en Oviedo, aseguró que la ruta "es muy interesante". Y no le faltó razón. Ruiz y Martínez se encargaron de descubrir que Avilés está formada por la suma de tres villas: la medieval, la barroca y la burguesa. "Cada una de estas villas tiene sus hitos", apuntaron los dos guías poniendo los ojos en la antigua iglesia de los Padres, el palacio de Ferrera y la calle San Francisco. La única queja que recibieron los que participaron en la fiesta fue la imposibilidad de poder entrar en los edificios. "Estaría bien conocer por dentro las iglesias", apostó Edelmira Fernández. No hubo oportunidad, pero este déficit lo suplieron los guías con una pasión inusitada por la ciudad.

Anduvieron por la calle de la Ferrería, por la de la Fruta, por la plaza de Carlos Lobo, por San Francisco, por la plaza de Hermanos Orbón y cerraron la ruta en la plaza del Carbayo. Martínez y la expedición tomó el barrio de pescadores por la calle de Bances Candamo. Al final está la plaza del Carbayo, la del antiguo saúco que sólo queda en la memoria del nombre del barrio.

Los horarios para hoy domingo son: Cementerio de La Carriona, a partir de las 12.00 horas; Llaranes, a partir de las 16.30 horas y Raíces viejo, a partir de las 17.00 horas.