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La demanda de plazas de Infantil de 3 años cae en picado por la baja natalidad

El Quirinal es el único colegio público de la ciudad que cubre los puestos escolares ofertados tras finalizar el periodo de inscripciones

Las aulas de Educación Infantil de la ciudad pierden alumnos a pasos agigantados. Fruto del descenso progresivo de la natalidad, la previsión para el próximo curso es que los colegios públicos reciban aún menos alumnos de tres años que en el presente 2015/2016, según se desprende del número de inscripciones presentadas por las familias de los niños que el próximo mes de septiembre iniciarán la etapa escolar obligatoria. En Avilés, sólo un centro cubrirá el total de plazas ofertadas. Se trata del colegio El Quirinal, que ha recibido 68 solicitudes para 69 puestos escolares de tres años. Por tanto, sus tres aulas de primero de Educación Infantil estarán completas, con la ratio de 23 pequeños por clase que marca la normativa en esta etapa.

"Siempre tenemos mucha demanda. Todos los años recibimos más solicitudes que plazas ofrecemos por lo que nos vemos obligados a baremar y dejar niños fuera. Este año, por primera vez, atenderemos todas las peticiones, algo muy satisfactorio para nosotros", apunta Julia Fernández Peña, directora del colegio ubicado en la calle Fernando Morán. Igualmente satisfecho con la matrícula para el próximo curso se muestra David González Nuño, al frente del equipo directivo del colegio Marcelo Gago, el único de Avilés que verá aumentar los niños de tres años con respecto al actual periodo. En septiembre de 2015, las instalaciones de la avenida Leopoldo Alas, Clarín, recibieron diez alumnos; un año más tarde llegarán 14, según las últimas inscripciones, que aún pueden variar en los próximos meses.

No obstante, esta cifra se sitúa lejos de alcanzar el volumen de plazas ofertadas: 23. "En los últimos cuatro o cinco años, hemos duplicado el número de estudiantes. Ha cambiado el perfil de los alumnos y de las familias. Las nuevas construcciones del entorno nos están nutriendo de niños y en el colegio vamos poco a poco renovándonos y poniendo los pilares de un nuevo proyecto educativo", comenta el docente.

Peor suerte parecen correr los colegios Enrique Alonso, Versalles y Marcos del Torniello. Los dos primeros son de línea dos, es decir, ambos cuentan con dos aulas de primero de Educación Infantil, lo que supone un total de 46 plazas (23 alumnos por cada clase, según la ratio). Aún así, el Enrique Alonso recibió 27 peticiones de matrícula, siete menos que el año pasado y, en el Versalles, se registraron 23 demandas , tres menos que en el presente curso. "No nos cogió por sorpresa, era la previsión que teníamos dada la caída de la natalidad; y creo que ésta es la tónica de años venideros ", manifiesta Ramón Estévanez, director del Enrique Alonso para indicar que algunos de los futuros alumnos de este centro no residen en la zona de influencia del mismo y proceden de Valgranda, Los Balagares (Corvera) o Castrillón. "Tienen cero puntos, pero al no tener que baremar, como nos ha ocurrido en otros cursos (en el 2011/2012 dejamos fuera a 24 niños), entran todos", añade.

En la misma línea se sitúa el colegio Versalles, que si bien el descenso de demandas con respecto al actual curso es ligero -tres niños menos-, cada vez se sitúa más lejos de poder cubrir las 46 plazas que tiene asignadas ya que 23 niños accederán en septiembre a primer curso de infantil .

Por su parte, el Marcos del Torniello, en las proximidades del Versalles, también ha visto decaer de forma llamativa las peticiones de plazas de tres años. Ha recibido once frente a las 20 del actual curso. "Con el tiempo, y si la tendencia sigue así, se juntarán niveles", apunta Teresa Álvarez, directora del centro que introducirá el método pedagógico Montessorri, basado en una mayor autonomía del niño.

En otros colegios, caso del Palacio Valdés, Sabugo o Llaranes, desciende igualmente la matrícula pero en menor proporción. "Aunque no estemos completos no nos preocupa; seguro que aumenta antes del periodo de matrícula y a lo largo del curso", manifiesta Marisa Vigo, directora del centro de González Abarca.

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