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La mansión de los cuentos

Ratonchi

La historia del ratón que vive bajo las calles de Avilés desde hace años

Ratonchi

Hoy, la Brujita Peladilla os quiere presentar a uno de sus amigos más ilustres y que se está convirtiendo en uno de los personajes más queridos y admirados de Avilés. ¿Que de quién hablo? De Ratonchi, nuestro ratoncito avilesino que conseguirá darle a nuestra ciudad la fama e importancia que se merece a nivel mundial. ¿Habrá alguien que todavía no haya oído hablar sobre él?

Ratonchi es un pequeño ratoncito de color marrón. Tiene unas grandes y puntiagudas orejotas que le permiten escuchar los sonidos más lejanos. Sus dientes son grandes y le sobresalen de la boca. Le encanta jugar, bailar, correr, saltar... Es un ratoncito alegre y juguetón, pero hay veces que sus locas peripecias y travesuras le hacen ganarse regañinas por parte de sus papás. Pese a esto, tengo que decir que es el ratón más valiente y listo que conozco, junto a su primo Pérez.

Ratonchi y su familia viven en Avilés, una ciudad moderna, pero con mucha historia reflejada entre sus calles y soportales. También es conocida como la Villa del Adelantado, Pedro Menéndez, ya que fue quien colonizó La Florida y fundó la primera ciudad de los actuales Estados Unidos (San Agustín), en 1565.

Ahora es cuando tengo que contaros un pequeño secreto. A día de hoy, ningún niño ni niña han sido capaces de ver en nuestras calles a Ratonchi. Desde hace muchos años, vuestros padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos... han intentado buscar a nuestro amigo o a sus antepasados cada vez que salían de paseo. Los niños husmeaban a través de las alcantarillas, tuberías, en las tiendas de queso, en los parques... Pero ninguno ha sido capaz de verlo. Puede que ahora, los adultos ya no recuerden que cuando eran niños buscaban a Ratonchi y a su familia, pero así era.

Cuenta la leyenda, que bajo las calles de Avilés, existe un complejo entramado de túneles y galerías secretas por los que se desplaza Ratonchi y llega a todos los lugares importantes y emblemáticos de la ciudad, incluso a las casas de los niños.

Muchos niños detestan la hora de ir a dormir, otros tardan mucho en hacerlo y hay quienes temen a la oscuridad. Pero cuando piensan que nuestro amigo puede estar en sus habitaciones acompañándoles para coger el sueño y velando por ellos toda la noche, los miedos y temores desaparecen. Es por ello que se dice que Ratonchi es el guardián de los niños.

Pero nuestro amigo tiene un pequeño defecto, casi diminuto. Hay quienes coleccionan monedas, cromos, postales... pues nuestro amigo colecciona calcetines usados. Los considera muy "abrigadores" y perfectos para dormir bien arropado, por no hablar del aroma que desprenden a queso ¡mmm queso, su perdición! Cuando va a las casas de los niños tiene la costumbre de llevarse un calcetín "prestado" y, si es de un bebé, muchísimo mejor. Cuántas veces habremos perdido un calcetín y lo dábamos por desaparecido, echándole la culpa de ello a la lavadora, al tendal... Pues sabed que el culpable es Ratonchi, a quien le encanta coger vuestros calcetines usados.

Continuando con la leyenda, se cree que bajo el edificio del Ayuntamiento de Avilés, en el subterráneo, existe un lindo lugar: la casita de Ratonchi. En ella, vive con sus seis hermanos, sus papás y sus abuelitos. Varias camitas, colocadas en fila y hechas con calcetines de lana aguardan a la llegada de los pequeños roedores.

La vida de Ratonchi era muy tranquila y feliz en su querida ciudad de Avilés hasta que una noche, las aguas de la ría se crisparon. Algo ocurría. Ratonchi se puso nervioso. Presentía que algo malo iba a pasar y, efectivamente, estaba en los cierto. Surcando las aguas a toda máquina se aproximaba un impresionante barco. Cuando estaba a punto de atracar, nuestro amigo pudo ver el escudo: era un barco francés. Acababa de llegar a Avilés el temido. ¡Gatoleón Buenatrape!

Apenas se podía pronunciar su nombre sin que todos los ratoncitos saliesen corriendo a esconderse. No hace falta ser muy listo para saber que su apellido se debe a su habilidad para cazar ratones.

A partir de ese momento, gato y ratón protagonizarán por las calles de Avilés, la persecución más trepidante que haya vivido la historia de nuestra Villa.

Ratonchi espera ansioso colarse en las estanterías de todos los niños del mundo y de los avilesinos de todas las edades. Todos deben conocer a este ratoncito tan noble, pequeño de tamaño, pero enorme de corazón.

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