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PAZ ANDRÉS | Catedrática de Derecho Público Internacional de la Universidad de Oviedo

"El problema de Gibraltar ni es trasnochado ni, por supuesto, irrelevante"

"El Reino Unido controla desde el Peñón las comunicaciones emitidas desde la zona, incluidas las de los móviles"

Paz Andrés, ayer, en Avilés. MARA VILLAMUZA

Paz Andrés, que es catedrática de Derecho Público Internacional de la Universidad de Oviedo, pronunció ayer de tarde en el salón de actos del Centro de Servicios Universitarios de Avilés una conferencia en la que explicó el problema más longevo que tiene la política exterior de España: Gibraltar. Andrés conversó con LA NUEVA ESPAÑA minutos antes de salir a la palestra.

-¿Gibraltar español?

-Naciones Unidas se ha manifestado sin fisuras al respecto. Defiende la integridad de España. Y reclama que por medio de la negociación se acuerde la retrocesión del Peñón.

-O sea, que España y Reino Unido se pongan de acuerdo en la devolución de Gibraltar.

-Eso es.

-Los británicos nunca se han manifestado muy de acuerdo a este respecto.

-Los británicos no están cumpliendo con el mandato de las Naciones Unidas.

-¿Qué quieren los británicos de Gibraltar?

-El Reino Unido mantiene en el Peñón varias bases militares y un cuartel de Inteligencia. Controlan el paso de todos los barcos y submarinos que cruzan el Estrecho y, además, controla las comunicaciones emitidas en la zona, incluidas las realizadas desde los móviles.

-¿Cuál es el papel del Derecho Internacional en este asunto?

-Ha marcado el camino que hay que seguir: una negociación que llegue a la retrocesión del territorio. Lo que sucede es que cada uno de los dos Estados defiende sus intereses. Lo deseable es que España tome Gibraltar como una cuestión de Estado.

-¿Y no lo toma?

-Hoy por hoy no se puede decir que Gibraltar sea una cuestión de Estado en España.

-¿Cómo se alcanza eso?

-Las cuestiones de Estado lo son más allá de los intereses de los partidos políticos. Actualmente, no existe una política compartida y coherente sobre el Peñón. Sobre otros ámbitos deberíamos discutirlo caso por caso.

-¿Hacia dónde debería encaminarse esa política de Estado?

-España debería reforzar la exigencia marcada por Naciones Unidas, pero también se tiene que negociar en el ámbito de la Unión Europea. No puede ser que un Estado miembro tenga un enclave en otro Estado miembro sin ninguna prerrogativa. Algo similar sucede en la OTAN: dos aliados y uno coloniza una parte del territorio del otro. Las negociaciones tienen que llevarse a cabo desde el punto de vista bilateral; es decir, España con el Reino Unido, y no ser complacientes. Pero no quedan ahí las cosas: el Gobierno español debe explicar qué significa Gibraltar, qué esconde, qué son esas bases militares, por qué desarrolla una prosperidad económica a base de una fiscalidad permisiva o a base de contrabando. También hay que explicar las medidas que se toman. Los controles en la Verja son molestos, pero tienen su explicación. No se puede reaccionar ante una medida tomada por Gibraltar, debe existir una política de Estado.

-Fabián Picardo, el Ministro Principal de Gibraltar, fue recibido esta misma semana por la presidenta de la Diputación de Cádiz y por el alcalde.

-Estos dos ejemplos ilustran esto que digo de la falta de coherencia de la política española. La cuestión no es si se recibe o no a Picardo, la cuestión es cómo se recibe. La cooperación entre entes subestatales es razonable, pero tiene que quedar claro que se habla de cooperación entre entres subestatales.

-¿Qué es Gibraltar desde el punto de vista del Derecho?

-Según el Derecho Británico, un territorio de ultramar. Según el Derecho Internacional, un territorio no autónomo, es decir, una colonia. Algo similar sucede con las Malvinas, en Argentina. Naciones Unidas no reconoce a Gibraltar el derecho a la autodeterminación.

-¿No se puede independizar?

-No. Eso hasta lo reconocen los británicos. En el artículo 10 del Tratado de Utrecht, el de 1713, se dice que en caso de que el Reino Unido renunciase a la propiedad de Gibraltar, esta volvería a ser española.

-Un problema de tres siglos.

-Que no se haya podido resolver aún no quiere decir que haya que abandonarlo. El problema de Gibraltar ni es trasnochado, ni, por supuesto, irrelevante. Afecta a los intereses españoles.

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