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Planificación de las actividades estivales en la comarca

La estricta normativa de seguridad pone en jaque las fiestas de verano en los barrios

Los representantes vecinales critican que el coste de los planes de evacuación y de las revisiones técnicas repercuta sobre las asociaciones

Público en las fiestas del Puchero de Villalegre hace dos años. RICARDO SOLÍS

Los barrios de Avilés tendrán fiestas de verano, pero serán más pobres en actividades que años atrás. ¿La razón? La aplicación de la estricta normativa de seguridad que afecta a los festejos y cuyo cumplimiento depende económicamente de las asociaciones de vecinos. "Hace ya dos años que estamos con todo esto, pero cada vez dan más vueltas a la tuerca. Ahora nos piden un plan de evacuación, los conocidos seguros de responsabilidad civil, ambulancias en pruebas deportivas y que un técnico colegiado certifique que todas las atracciones, carpas o barracas que se instalen estén bien puestas. Todo esto genera costes que debemos pagar los organizadores, que en la mayoría de los barrios somos los vecinos", critica Javier Díaz, de la asociación "Fernández Carbayeda" de Valliniello. El caso se repite en cada barrio avilesino.

En Villalegre, por ejemplo, serán dúos en vez de orquestas los que animarán dentro de unos días las fiestas del Puchero. "Nos cobraron unos trescientos euros por hacer un plan de emergencia y otro tanto el técnico, así que económicamente no estamos para alardes", explica Laura Cortés, de la asociación "El Marapico", que precisa: "Parece que con estas medidas lo que se pretende es que desaparezcan las fiestas". Javier Díaz va más allá: "Todo esto es para esquivar responsabilidades. Y ante esta situación, ¿merece la pena organizar unas fiestas y estar dos o tres noches sin dormir por las preocupaciones?"

El jefe en funciones de la Policía Local de Avilés, Rafael Rodríguez, que el pasado febrero explicó a los vecinos los requisitos existentes para la celebración de festejos, confirma ahora que lo único que se hace es "exigir el cumplimiento de la legislación vigente". "Las asociaciones, hasta ahora, vienen cumpliendo sin mayor problema y muy razonablemente, lo cual es de agradecer", puntualiza. Pero en las asociaciones vecinales de Avilés reina el malestar. "Estamos todos indignados, los barrios con fiestas más ricas y más pobres", dice Laura Cortes.

Los planes de evacuación y seguridad son válidos supuestamente de un año para otro "siempre que no se hagan cambios". Pero a los organizadores de las fiestas esta flexibilidad les sabe a poco. Por eso proponen al gobierno local que sean los técnicos municipales los que inspeccionen aquellas zonas donde se va a celebrar una "folixa". "El Ayuntamiento no subvenciona las fiestas, pero tampoco soluciona ningún problema. A mí, concretamente, ya me llegaron varios correos de diferentes empresas ofreciéndome sus servicios, y a este paso vamos a tener que contratar a un abogado para hacer una romería", precisa el líder del colectivo vecinal de Valliniello, un barrio que este año celebrará las fiestas el 18 y 19 de junio. A pesar de las limitaciones económicas, los de "Fernández Carbayeda" contarán con la reconocida orquesta "Olympus".

En la mayoría de los barrios avilesinos este verano habrá también fiestas, pero en cualquier caso con presupuestos más ajustados. "Llegamos al extremo que no vale que la empresa que instala la carpa certifique que está bien puesta, sino que debemos pagar a un ingeniero, perito o arquitecto que dé fe. El plan de evacuación suena muy bien, y tal vez sea necesario en barrios más poblados como El Carbayedo, con muchas viviendas cerca de la fiesta, pero ¿cómo evacuamos en el prao de Valliniello?", se pregunta Javier Díaz, que también considera excesiva la normativa a la hora de organizar pruebas deportivas. "Nosotros organizamos cada año algo para los chavales y este año nos lo hemos pensado porque el poco beneficio que sacamos debe ir para pagar seguros", concluye.

Cualquier festejo que se celebre en la región debe contar con el informe favorable de un técnico, en el caso de Corvera, por ejemplo, un trabajador municipal. En Avilés las asociaciones de vecinos son defensoras de la seguridad, pero lamentan que cumplir la normativa les suponga un importante desembolso económico. El pasado febrero, durante la reunión con el jefe en funciones de la Policía Local, los afectados ya dejaron constancia de dos aspectos que les trastornan especialmente: el mucho papeleo que conlleva organizar una fiesta y el coste económico que tiene cumplir con las leyes en materia de seguros, planes de emergencia, asistencia sanitaria (en los casos que la misma es requerida) y demás; según las cuentas de los interesados, "de dos mil a tres mil euros". Ahora, con el verano a la vuelta de la esquina, reunir esos euros les está costando un triunfo. A juicio del jefe en funciones de la Policía Local "la experiencia de los últimos 14 años -un tiempo en el que la normativa se ha ido volviendo más exigente- demuestra que es posible combinar la diversión con la seguridad".

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