El próximo sábado los exalumnos del colegio de los Padres Agustinos de Avilés se reunirán en el centro escolar que ahora es el colegio San Fernando para una triple conmemoración: el 55º aniversario de la llegada de los Agustinos a la villa, los 50 años de la inauguración del nuevo colegio de la avenida San Agustín y el 40º aniversario del abandono del centro escolar por la orden, en julio de 1976.

La apertura del colegio de los padres Agustinos en el curso 1961-1962 se había gestado durante bastante tiempo. En aquellos años la población infantil en Avilés crecía a buen ritmo, era la época del desarrollismo y la población se incrementaba día a día. La población de Avilés se duplicó en una década pasando de poco más de 21.000 habitantes en 1959 a 48.500 en 1960.

Las elites de las empresas que en la década de los 50 del siglo XX se habían instalado en la comarca, sobre todo de Ensidesa y Cristalería Española, a través de la Cámara de Comercio de Avilés y varios particulares se pusieron a buscar una orden religiosa que quisiera establecerse en la localidad para ofertar plazas escolares y paliar la escasez, por la avalancha de escolares, de los centros escolares existentes: las escuelas nacionales, el colegio femenino de religiosas Santo Ángel, el instituto Carreño Miranda y el colegio San Fernando.

Poco tiempo antes de la llegada de los Agustinos a la ciudad lo había hecho la orden de Paula Frassinetti, las Doroteas, un colegio religioso para niñas, pero la nueva clase emergente en Avilés buscaba un centro similar para niños; por ello se volcó con la llegada de los Agustinos.

El primer colegio abrió en la calle Marcos del Torniello, en la conocida como finca de Gloria Quirós, donde con el paso de los años se construyó el cine Almirante. La demanda de matrículas obligó a trasladar el colegio a un chalé en la avenida de Portugal que habían dejado libre las Doroteas tras inaugurar el actual colegio de la avenida de Alemania. Durante los años siguientes, y mientras crecía la matrícula de alumnos, se construyó el colegio de la avenida de San Agustín con capacidad para casi 2.000 alumnos. La década 1966-1976 fue la de mayor esplendor del colegio San Agustín, que ofertaba instalaciones deportivas hasta entonces inexistentes en los colegios de la comarca. Además, tenía una iglesia, hoy desacralizada y convertida en pista de tenis cubierta.

Los Agustinos también colaboraron en la enseñanza en los colegios religiosos de Avilés: Santo Ángel, Doroteas y Agustinas de Villalegre. Esa colaboración también se extendió a otras actividades. El padre Fermín Fernández Biénzobas, que llegó a Avilés en 1965 y fue director del centro escolar avilesino desde 1970 hasta 1974, fue el fundador del grupo scout "San Agustín" que tuvo su réplica femenina en el Santo Ángel.

El padre Fermín Fernández fue uno de los agustinos que más se implicó durante aquellos años en las actividades extraescolares y más huella ha dejado en varias generaciones de los colegios, además del San Agustín, en los que impartió clases. Fermín Fernández Biénzobas, doctor en Filosofía y diplomado en Espiritualidad, dirigió, tras el de Avilés y una estancia en Roma de cuatro años, varios colegios de los Padres Agustinos a lo largo de la geografía española. En 1994 fue nombrado prior del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, que gestionan los Agustinos desde 1885, durante el reinado de Alfonso XII.

Desde 2003, tras su jubilación docente, está destinado en el Real Colegio Alfonso XII de El Escorial. Cuando en 1976 los Agustinos vendieron el colegio al San Fernando, fundado en 1941 y ubicado desde entonces en un caserón en La Magdalena, los padres que habían permanecido durante años en el centro escolar avilesino, fueron reubicados en otros colegios de la orden. En los encuentros que periódicamente organizan los exalumnos avilesinos, han viajado a Avilés para compartir recuerdos de unos años inolvidables.