El indiscutible "rey" asturiano del bonito, el armador de Oviñana y patrón mayor de la cofradía de Avilés, Fidel Álvarez Garaot, se atragantó ayer en un mar de papeles, porque en aguas oceánicas pocos le tosen. No en vano, lleva una década trayendo a puerto los primeros bonitos de cada temporada y contribuyendo así a cimentar una tradición comercial de gran repercusión como es la venta en la rula de Avilés del que se ha bautizado como "campanu del mar". Pero ayer el papeleo, la burocracia, le jugó una mala pasada al armador cudillerense, que zarpó con media de jornada de retraso sobre el horario previsto para unirse en alta mar con el buque de Bermeo (Vizcaya) "María Digna Dos", que junto a los barcos asturianos "Esmeralda III" y "Berriz Amatxo", ambos propiedad de la familia Álvarez Garaot, trabajarán en buena lid los próximos días para peinar el Atlántico y tratar de llenar pronto sus bodegas de bonitos llamados a cotizar por encima de los 60 euros el kilo. En ese precio que no se volverá a dar en todo el verano radica, precisamente, la clave del negocio que persiguen estos aventureros.

"Ye que piden milenta papeles; cada año marean más a uno y siempre acaba faltando algo; esta vez fue un certificado que mandaron mal de Burela...", se quejaba, ya en alta mar y con rumbo a Finisterre, el armador del "Berriz Amatxo". El otro barco asturiano inscrito en la primera carrera pesquera del año en pos de bonitos , el "Esmeralda III", va patroneado por Carlos Alberto Dacosta, hijo de caboverdianos afincados en Burela (Lugo) y desde este año uno más de la tripulación de los Álvarez Garaot.

A lo largo de la mañana de ayer, Fidel Álvarez Garaot y otros familiares que le ayudaban tramitaron en la Casa del Mar y la Comandancia de Marina todos los documentos relativos a navegabilidad, seguridad a bordo, botiquines, rol de tripulantes (diez en total), homologación de los cascos de los buques, balsas salvavidas, permisos de pesca y alguno más que el armador ya ni recordaba a media tarde. En paralelo, los marineros cargaron hielo y gasoil, víveres para un mes de navegación, tabaco para otro tanto y decenas de CDs con películas y música para matar el tiempo cuando los bonitos no piquen.

Este año la previsión de Fidel Álvarez Garaot es optimista con respecto al hallazgo tempranero y cerca de tierra de los cardúmenes de bonito. "Hemos marcado una lengua de agua entre los grados doce y trece de longitud, frente a la costa de Portugal, donde hay buenas condiciones para encontrar bonitos. Si ese plan falla navegaremos hasta una segunda zona ubicada entre los meridianos 16 y 17; en cualquier caso, bastante más cerca que cuando llegamos hasta las Azores", relata el armador explicando su plan pesquero para los próximos días.

La elección de esas zonas de pesca no es casual, sino fruto del análisis en los días previos de los mapas de temperatura del agua del Atlántico y la concentración de plancton. Otras variables que la avanzadilla bonitera asturiana ha considerado son los mapas del tiempo previsto y los de olas. "Tendremos buen tiempo; al menos durante la primera semana", zanjó Álvarez Garaot, que no veía llegar la hora de zarpar.