Juan Tazón, profesor de Literatura Inglesa, escritor y traductor, puso luz ayer a muchos enigmas sobre la vida de Shakespeare en la conferencia que ofreció en el Centro de Servicios Universitarios, y desmenuzó el teatro del autor, en ocasiones comparado con Cervantes.

-Shakespeare versus Cervantes. Parecen dos rivales.

-Tengo la sensación de que hay una especie de interés en compararlos y es un error. Lo maravilloso de Shakespeare nos hace no sólo ser conscientes de lo que somos, también de lo que podemos llegar a ser. Ningún escritor ha alcanzado las cotas que llega él. Lo grandioso de Cervantes, por su parte, es la manera que tiene de retratar el alma de un país. Los dos hacen radiografías del género humano. Se hermanan en eso y creo que nadie los ha igualado. Todos los novelistas somos hijos de Cervantes y ningún guionista que se precie deja de tener una influencia de Shakespeare.

-¿"Hamlet" es la obra de Shakespeare por excelencia?

-No, es una de ellas. Es muy subjetivo. Yo me quedo con "Hamlet", pero considero que "La tempestad" es una obra maravillosa, al igual que "Otelo". El teatro de Shakespeare no ha nacido para ser leído, sí visto. Y no es lo mismo verlo representado por un actor que por otro.

-Es una obra oscura.

-Está a caballo entre dos tragedias: la pérdida de su hijo y el fallecimiento de su padre. La muerte está muy viva y tiene muchos ecos biográficos. Es una especie de reconocimiento a la figura del padre y al catolicismo. Aquí se ve un aspecto que le encanta: jugar entre la apariencia y la realidad.

-Hay muchas lagunas en torno a su vida.

-Sí, y con todo es el autor de su época del que más se sabe. No hay ninguna obra escrita por él. Sólo existen seis firmas. Eso es todo lo que hay escrito por el mejor dramaturgo de la historia.

-¿Cómo definiría su teatro?

-Es una escuela de vida. Es uno de los mejores teatros de la humanidad. La galería que contiene es fundamental para conocer a nuestros semejantes.