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JAVIER CIMADEVILLA | DIRECTOR DEL CERTAMEN NACIONAL DE CORTOMETRAJES AVILÉS ACCION FILM FESTIVAL

Marcado por Charlot

El avilesino, devoto del actor inglés y que prepara un documental en el Amazonas, comenzó en la interpretación porque no le llamaba la universidad

Javier Cimadevilla, en la pasarela de la ría. RICARDO SOLÍS

Javier Cimadevilla era un crío cuando heredó de su tío un vídeo beta con catorce películas de Charles Chaplin. En cuanto llegaba a casa del colegio, el Santo Ángel, conectaba el reproductor y veía una y otra vez a la estrella del bastón y el bombín, el artista que más le ha marcado. "Es un genio, algo inigualable", dice. Ahora, le hará su propio homenaje en el XV Certamen nacional de cortometrajes Avilés Acción Film Festival, que dirige. En la gala inaugural, el próximo sábado en la Casa de Cultura, se proyectarán tres mediometrajes de Charlot. "Era un sueño que tenía desde hace mucho tiempo", asegura.

Cimadevilla es un artista más por casualidad que por vocación. Cuando terminó el instituto tenía claro que lo suyo no era la universidad. Su "inquietud" y la "falta de constancia para estudiar por obligación" le hacían incompatible con una carrera. Una amiga de la familia titulada en Interpretación por el ITAE le animó a seguir sus pasos. Así que probó. Y le enganchó. Y se hizo actor.

El entonces chaval avilesino se fue a Madrid, donde trabajó principalmente obras de teatro alternativo. Mucho trabajo, poco dinero, pero mucha diversión y aprendizaje. "Lo recuerdo con mucho cariño, trabajé con muy buenos amigos", dice. Entre sus papeles se queda con su primer protagonista, un científico loco. "Por un reemplazo tuve que aprenderme el papel en quince días, tenía mucho texto. Para mí era un gran reto y la obra funcionó muy bien. Fue como una prueba superada", prosigue.

En la capital, pasó siete años. Pero decidió volver a Asturias, un regreso que estuvo acompañado de una enfermedad que supuso además un giro en su carrera. Una bacteria extraña le desencadenó unos graves problemas de espalda que le apartaron de la interpretación, pero le abrieron un nuevo camino. "Lo pasé muy mal pero aprendí muchísimo. Tuve que relajarme, pensar y ver que había un montón de cosas aparte de l interpretación relacionadas con las Artes Escénicas y el Cine", explica. Así fue como se adentró en el mundo audiovisual. Se formó en el centro de formación y producción audiovisual GONA, en Morcín, y cursó un máster de cine documental en la Escuela de Cine de Cuba.

Fue precisamente en GONA donde germinó su relación con el Festival de cortos de Avilés. "Éramos unos 21 alumnos y cada uno tenía que rodar un corto. Un compañero me habló del festival de Avilés y pasé por el Ayuntamiento para interesarme, porque nos queríamos presentar. Pasé por allí con los cortos y expuse mis ideas, propuestas de actividades. En aquella época la organización del festival estaba un poco huérfana. Me plantearon presentar un proyecto, les gustó mucho, probaron y llevo cuatro años. Estoy muy contento y disfruto mucho de ese trabajo", asevera.

Se muestra orgulloso de la evolución del certamen en los últimos años y "súper afortunado" porque no cree que exista "trabajo mejor" que el suyo. Lo primero que se planteó de la mano del Ayuntamiento fue definir qué tipo de festival quería Avilés y cree que con el paso del tiempo lo han encontrado. "Hoy es un auténtico festival de cine, por eso su nombre en inglés, 'Avilés Accion Film Festival', pero con esa piedra angular que es el Festival Internacional de Cortometrajes", dice.

Entre sus gestiones se encuentra la búsqueda de colaboraciones con otras citas cinéfilas, tanto nacionales como internacionales, y ha cerrado el hermanamiento con el Festival Internacional de Cine de Barranquilla (Colombia), en el que participó hace un mes. Su director, Giuliano Cavalli, impartirá desde mañana y hasta el día 20 en Avilés el taller "Efectos Visuales" en el marco del Festival de cortos. Cavalli y Cimadevilla comparten, entre otros retos, llevar al cine a todos los rincones. Y tienen también en marcha un proyecto común, el rodaje de un documental en la ribera del Amazonas.

"Queremos llevar un cine móvil por el Amazonas colombiano y brasileño para proyectar películas en los poblados ribereños del río. Allí hay gente que jamás ha ido a un cine. Queremos rodar un documental, estoy buscando financiación. Mi objetivo es que se estrene aquí, en Avilés", explica este avilesino de 35 años, que ha mudado su residencia hace poco más de un año a Muros de Nalón. "Comparto piso con dos chicas, tenemos un huerto... Trabajo mucho desde la oficina. Después de vivir en Madrid, tener una oficina con vistas al mar y estar a cinco minutos en coche de Avilés no se paga con dinero", concluye.

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