El cineasta Giulano Cavalli (Bogotá, Colombia, 1979) ha trabajado más de una década como creador o coordinador de efectos especiales en películas tan señeras como "Capitán América", "La novia cadáver" o "Aliens vs. Predator". Últimamente, sin embargo, dirige el Festival de Cine de Barranquilla, con el que se ha hermanado el Avilés Film Festival, que echa a andar esta misma tarde. Durante toda la semana pasada impartió un taller sobre efectos visuales a instancias de la organización del certamen de cortos avilesino.
-Su apuesta es llevar el cine a todos los rincones.
-La idea es hacer un festival donde la gente pueda conocer quién hace las películas. En Barranquilla faltaba la formación de públicos. Estamos inundados por grandes "blockbusters" norteamericanos y eso nos lleva a que conozcamos quiénes son las estrellas de cada película, pero, muchas veces, a que desconozcamos quiénes están detrás de ella. Eso es a lo que miramos en Barranquilla: directores, productores, técnicos... Así podemos valorar cómo se generan los 90 minutos de entretenimiento de un filme. Otro asunto es el cine -que es una posibilidad de escape- y no puede ser disfrutado por todos. Sobre todo ahora. Por eso se lo acercamos a todo el mundo. La crítica especializada se la podemos dejar a Cannes o Berlín. En los festivales que son más de la gente, como el de Barranquilla, debemos dar las herramientas para que los espectadores se vuelvan críticos.
-¿Cómo gestionarán el hermananimiento del Festival de Barranquilla con el de Avilés?
-Todo parte del ancla que está instalada en Salinas y que es un regalo de Barranquilla a Asturias. Con Javier Mediavilla, comenzamos a trabajar en esta idea. Tejeremos una unidad cultural entre Barranquilla y Avilés, pero no sólo a través del festival, también de espacios como la Factoría Cultural. En Barranquilla, se está terminando un gran centro de eventos como el Niemeyer. Es el modo de hacer circular cosas que pasen aquí y allá en el mismo momento.
-Usted trabajó haciendo efectos especiales en las películas.
-He trabajado en todo lo que tiene que ver con la imagen: desde asistente de eléctrico a director de fotografía, pero todo esto tiene una explicación: mi pasión por el cine es fantástica. Lo que hice fue preguntarme qué podía hacer para entrar en el cine. Me fui fuera de Colombia por la necesidad que tenía de aprender cine. No había escuelas que enseñaran nada.
-¿Cómo fue eso de juntar a Alien contra Predator?
-Las dos películas eran de finales de los 80 y tenían efectos muy distintos a los de 2003. Al espectador no le podías cambiar el efecto del Predator, así lo pudieras hacer veinte veces mejor. Ese efecto ya estaba determinado.
-¿Qué aprendió con el "Capitán América"?
-Hice los efectos invisibles: lo que hay en la película y no se nota. Al inicio de la película, cuando sale corriendo descalzo por las calles de Nueva York, tuvimos un problema. No le aseguraban los pies ninguna compañía y tuvimos que digitalizarlos, es decir, que son hechos por ordenador. Además, tenía que ser Nueva York en los años veinte. Por eso, rodamos en Manchester. Tuvimos que reconvertir Manchester en Nueva York.
-Conociendo todos sus trucos, ¿sigue disfrutando del cine?
-Dejé de analizar los efectos especiales para disfrutar del cine.
