La asociación de hosteleros de Gozón pidió ayer al Ayuntamiento una revisión a la baja de los precios de las terrazas. "Muchos locales pagan por una licencia para seis meses y, en la mayoría de las ocasiones, solo pueden usarla tres; creemos que sería interesante una rebaja", indicó el presidente, Ramón Menéndez, que defiende la necesidad de regular el ordenamiento de las terrazas. El grueso de los hosteleros consultados coinciden en apoyar el establecimiento de unas normas de uso de las terrazas, pero con matices en función de los diferentes intereses.

Uno de los asuntos más polémicos está en las zonas más próximas a la playa de La Ribera, donde los locales disponen de unas terrazas protegidas por unas estructuras metálicas ancladas al suelo. Según las intenciones municipales, esos anclajes deberían retirarse durante los meses de diciembre, enero y febrero para no verse afectados por los temporales.

"Estaríamos hablando de unos mil euros al año teniendo en cuenta que tanto colocarlo como quitarlo sale por 500", explicó Roberto González, propietario de uno de los locales de La Ribera. "Si está en la normativa, habrá que aplicarla pero el Ayuntamiento también debería preocuparse de los bancos y los contenedores que con los golpes de mar también afectan a las fachadas", añadió.

El alcalde, Jorge Suárez, detalló que la ordenanza se centra, principalmente, en marcar la superficie de cada terraza en el suelo para que cada local tenga que adaptarse a un espacio determinado. Hasta el momento, solo está fijado el borrador.

"Es una regulación urbanística y, para ello, contamos con informes de la Policía Local y la oficina técnica", indicó el Regidor, que advirtió además de que los locales que no puedan guardar sus mesas y sillas en el interior tras la hora de cierre podrán apilarlas en la calle mientras no interrumpan el paso. Dámaso Fernández, hostelero de la plaza La Solara, considera que su terraza deja el paso suficiente para el paso de los viandantes, como fija la normativa. David Ochoa, de la plaza de La Ribera, valora la iniciativa municipal y aunque prefería que el coste por el uso de las calles fuera menor se teme que no variará. "Cada local y cada terraza es diferente, hay que analizar cada caso particular antes de definir la ordenanza", indicó este empresario.

La normativa municipal aún está en pañales y sujeta a cambios. Algunos dueños de establecimientos hosteleros no quisieron opinar al respecto del borrador de la ordenanza hasta estudiarlo a fondo.