La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La casa de la fibra óptica

La sede de Telefónica, que mañana abre sus puertas por primera vez, es un edificio lleno de galerías recién adaptado a las últimas tecnologías

Fibra óptica que da suministro a 64 clientes. RICARDO SOLÍS

Las pocas ventanas de su fachada principal dan al edificio de la sede central de Telefónica en Avilés, situado en pleno corazón del barrio de La Magdalena, en la calle Valdés Salas, un aspecto hermético e industrial. Desde su puesta en funcionamiento, en 1978, esta "fortaleza de las telecomunicaciones" ha sido inexpugnable para el ciudadano de a pie, que podrá visitarla por primera vez en su historia mañana, a las 18.00 horas, con motivo de la celebración de la Noche Blanca. Los visitantes que decidan unirse a estos itinerarios guiados por lo entresijos del sistema telefónico podrán conocer desde cómo funciona el abastecimiento eléctrico de la base hasta cómo llega la fibra óptica a sus hogares.

Lo primero que verán los turistas que decidan participar en la actividad será la zona de abastecimiento energético del edificio. La sede central cuenta con una sala de baterías para dar soporte eléctrico durante dos horas al servicio, en caso de cualquier fallo. Además, la construcción también cuenta con una grupo electrógeno accionado por un motor diesel que ofrecería, en caso de necesidad, una independencia de entre diez y doce días. "Este sistema cuenta con un depósito de gasoil con capacidad para 5.000 litros. Si se diese el caso de un fallo grave en el servicio eléctrico podríamos rellenarlo de combustible o traer un grupo móvil, por lo que la viabilidad de la base en el tema energético está totalmente cubierto", explica Celso Díaz, coordinador de instalación y mantenimiento de la compañía en Asturias, que hizo las veces de cicerone en el edificio para este periódico.

Aún en la primera planta, los visitantes tendrán acceso a la galería de cables, desde donde podrán ver el enorme túnel subterráneo del que parten todos los cables de fibra óptica del municipio, además de unos 4.000 pares de cobre, que esperan desaparezcan "progresivamente", hasta suprimirlos por completo "en torno a 2019".

La siguiente parada tendrá lugar en el primer piso del edificio, en la sala del repartidor urbano. En esta enorme habitación se produce la unión física entre las líneas y su correspondiente número de teléfono, en una mecanización de lo que era, antaño, el trabajo de las teleoperadoras.

Vista la parte analógica del edificio, los turistas podrán conocer el futuro y presente del funcionamiento de la sede avilesina, que tiene su porvenir en la fibra óptica. "Una sola fibra de un cable permite transmitir el servicio de voz, televisión e internet de 64 clientes con unas velocidades inimaginables, que marcan las tecnologías que empleamos, y no por el material", asegura Díaz. "Además, mientras el cobre podía dar servicio a un radio de algo más de tres kilómetros, la fibra óptica permite ampliar esta distancia a más de 20 kilómetros", agrega.

Los metros y metros de cable, además de la ingente cantidad de regletas necesarias para gestionar los cables de una zona de Avilés, se reducen a una máquina de unos dos metros de alto por un metro y medio de ancho, lo que ha permitido a la compañía rebajar considerablemente el espacio necesario para ofrecer sus servicios. Esto ha provocado una importante ahorro para la empresa, además de dejar libre mucho espacio en sus sedes. "Aquí hay salas vacías en las que se pueden organizar partidos de fútbol, y lo mismo ocurre en otras bases del país. Por ello, la compañía busca alternativas para dar más usos a los edificios, lo que también permite conseguir fuentes de ingresos alternativas", aseguró Díaz. Para dar el salto a esta conversión hacia la fibra óptica, Telefónica ha invertido en Avilés 10 millones de euros, y espera que este proceso se complete "en 2019, si la legislación vigente lo permite".

Compartir el artículo

stats