"F. H. C., el principal acusado, actuó con absoluto desprecio a la vida de Francisco Jiménez Vargas, el 'Nano', pero no sólo a la de él". En este punto de su alegato final, la fiscal del crimen de los Telares se dirigió directamente a los miembros del jurado: "Tengan en cuenta que hay una bala perdida, piensen qué hubiera podido pasar con ella", advirtió. La cuarta sesión del juicio por la muerte del "Nano" -el 24 de julio de 2013, a la altura del número 40 de la avenida de los Telares- se celebró ayer en la sala número 1 de la sección tercera de la Audiencia Provincial de Asturias. En ella, la defensa y el Ministerio Público pusieron sobre la mesa sus propias conclusiones y, asimismo, presentaron sus testimonios los peritos forenses que examinaron la escena del crimen y a la propia víctima, ya sobre la mesa de autopsias.

Los dos médicos forenses relataron el modo en que el "Nano" murió. "Recibió diez balazos: 1 en el brazo, 1 en el abdomen, 2 en el tórax y los otros 6, en la cabeza", señaló uno de los peritos públicos. La relación de los hechos, según esta hipótesis, es que el "Nano" fue interceptado de improviso en la avenida de los Telares por el principal acusado en el proceso. "Ahí disparó el primer tiro", apuntó el médico forense. Este balazo dañó el codo de la víctima. Inmediatamente después, según este mismo relato, F. H. C. disparó contra el abdomen. "Este tiro fue mortal de necesidad", concluyó la segunda forense, a la que el juez tomó juramento durante la sesión de ayer. "Los tiros contra el tórax fueron descendentes, es decir, la víctima estaba cayendo, y también fueron mortales", añadió la misma experta. "Ya en el suelo, terminó asestándole hasta seis tiros de gracia", concluyó el primero.

Ante esto, la fiscal no se anduvo con paños calientes: "La intención de F. H. C. claramente fue la de acabar con la vida de la víctima". Este punto es contrario a la hipótesis presentada a la sala por la abogada del acusado. Según Ana Boto, su defendido actuó movido por la "obcecación" y en "legítima defensa", por salvaguardar la vida de su hijo. Señaló, en este sentido, que si F. H. C. descargó su Smith & Wesson contra el "Nano" fue para evitar que éste le pudiera hacer daño. Según esta versión, la víctima creía que el "Nano" retenía al chaval. Según la fiscal, sin embargo, el acusado sabía que eso no era posible. "Porque estaba con él", añadió. Esta afirmación deviene, aseguró la representante del Ministerio Público, del análisis de los testimonios de los que presenciaron los tiros en los Telares: "Nadie lo vio con el 'Nano'". "Si Francisco Jiménez iba a agredir al niño cabe preguntarse con qué. F. H. C. dijo que unos minutos antes de los tiros le paró el coche y la víctima le mostró una pistola. ¿Dónde está?", se preguntó la fiscal

La representante del Ministerio Público trató de desmontar las atenuantes presentadas por la defensa: obcecación, legítima defensa, confesión, dilación de la instrucción y reparación del daño. Según la fiscal, no hubo obcecación porque, entre otras cosas, "abrió el armero y sacó su pistola y marchó con ella a buscar a Jiménez". Tampoco hubo legítima defensa en la persona de su hijo, "porque estaba con él". "La confesión es atenuante si se produce antes de que empiece su búsqueda". La atenuante de "reparación de daño" tampoco es válida porque "¿Creen que con 5.000 euros ya está todo listo?" La fiscal retiró la acusación contra M. F. C. al quedar probado que es hermano de F. H. C. (pese a la divergencia oficial en el primer apellido). "La ley me prohíbe acusarlo", señaló.

Mantuvo, sin embargo, la acusación contra L. G. C. por encubridor. "Lo acogió en su casa. Primero dijo que en una finca contigua a ella, luego en el recinto ferial. Según a quien preguntes, te dirá un sitio distinto. Pero allí lo escondió, en Orense", concluyó.