Si los ríos asturianos tienen el "campanu" con el primer salmón, el mar Atlántico y Cantábrico tienen a su "curricán". Así denominan algunos pescadores al primer bonito del Norte de la temporada. Más concretamente, "campanu de la mar del curricán". Y ese nombre se lo debe, según explicó ayer Fidel Álvarez Garaot, patrón del "Esmeralda III" y del "Berriz Amatxo", al arte por el que se pesca una de las especies estrella de la temporada estival. El curricán es una técnica de pesca desde embarcación consistente en arrastrar un cebo o señuelo, de tal forma que el pez se sienta tentado en su captura. Como especifica la rula de Avilés a través de su página web, dentro del curricán o cacea existen varias modalidades, dependiendo del cebo utilizado, la velocidad de la embarcación, los aparejos de pesca... y se definen como curricán de superficie, de medio fondo o de fondo. En función de la profundidad también se podrán capturar unas especies u otras, como el bonito, la caballa, la palometa, la lubina y otras variedades.

Álvarez Garaot, que el pasado lunes desembarcó los primeros túnidos de la campaña, se volverá a echar hoy a la mar para capturar una nueva remesa. Se van preparados para estar un mes en alta mar, aunque confía en que en dos o tres semanas ya estén de vuelta en Avilés con un buen tonelaje de bonitos. Los primeros pescados los cogieron a doscientas millas al oeste de Finisterre. En la campaña de bonito participa una veintena de barcos asturianos.