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El deporte como terapia

El avilesino Pablo Muñiz, afectado por una enfermedad reumática crónica que endurece las articulaciones, ha encontrado en el triatlón la mejor medicina

Pablo Muñiz, durante una prueba disputada en Cataluña.

Amante del deporte "de toda la vida", en 2010 un tirón en la zona lumbar le dejó en el dique seco durante varios meses. Los médicos no acertaban con el origen de la dolencia, "hasta que en junio de 2011 el doctor Espiñeira supo decirme lo que era: espondilitis anquilosante", una enfermedad reumática crónica que provoca dolores y el endurecimiento paulatino de las articulaciones. Lejos de amilanarse ante la adversidad, el avilesino Pablo Muñiz decidió afrontar este contratiempo utilizando el deporte como arma. Desde entonces sigue unas duras rutinas de entrenamiento semanales, y hoy participará en el Campeonato del Mundo de Duatlón que se celebra en la ciudad, en su casa.

"Cuando me detectaron la enfermedad me recomendaron hacer natación. Y yo, que soy un obseso, me puse a nadar tres kilómetros al día", relata con humor Muñiz. Con el paso de las semanas su estado físico fue mejorando y comenzó a compaginar la piscina con los pedales. "El siguiente deporte que pude practicar fue el ciclismo, y me pasaba los días nadando y con la bici, nadando y con la bici...", recuerda. "Luego ya pude empezar a correr, y de ahí al triatlón, que compone todas estas disciplinas y que es mi auténtico vicio", explica sobre su llegada a esta disciplina, que cada día tiene más adeptos.

Los días de Muñiz comienzan temprano. Y es que este amante del deporte sale a correr a las seis de la mañana los lunes, miércoles y viernes, días en los que también nada a última hora de la tarde. Los martes y los jueves los dedica a la bicicleta y, los domingos "cuando hay más tiempo libre" hace tiradas más largas de ciclismo con transiciones de carrera. "Todo esto tengo que compaginarlo con una media de doce horas de trabajo diarias", aunque asegura que para llevar a cabo este plan de entrenamiento no tiene que "renunciar a nada". "Lo único que hago es no perder el tiempo. Para mí no existe el concepto de sentarse en el sofá, pero por lo demás llevo una vida de lo más normal", asegura.

El calendario de preparación seguido por Muñiz fue elaborado por el triatleta asturiano Emilio Suárez, que fue campeón mundial de duatlón en 2011. "Llevo cuatro años entrenando con él y estoy muy contento. Las rutinas son muy amenas y no te metes excesiva caña, por lo que no sufres lesiones, que a fin de cuentas no estar parado es lo más importante", argumenta. La decisión de ponerse en manos de un profesional para su día a día la tomó "por recomendación de un amigo", tras participar en el medio Iron Man de Lisboa. "Fue una prueba que se me quedó demasiado grande. La bicicleta y la natación las llevaba bastante bien, pero no estaba suficientemente preparado para la carrera y sufrí como un perro", narra sonriente.

De cara a la prueba que afrontará hoy, el avilesino espera "no pecar de exceso de motivación". "Tengo que ser consciente de que la carrera será larga, y que voy a estar entre 50 y 60 minutos a 180 pulsaciones. Estaré contento si no me queda nada dentro", asegura sobre sus aspiraciones.

En cuanto a su dolencia, Pablo Muñiz anima a todo aquel que la sufra a que busque en el deporte su mejor medicina. "Lo que le diría a todo aquel que le diagnostiquen la espondilitis es que hagan ejercicio. Esto, junto a ser muy disciplinado, es fundamental. No te puedes tomar esto como un desastre. Tienes que verlo desde un punto de vista positivo", asegura este avilesino que encontró en la adversidad un acicate para hallar la virtud deportiva.

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