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La Figura De La Semana | ISOLINA RIAÑO GALÁN | JEFA DE PEDIATRÍA DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO SAN AGUSTÍN

Pediatra, cooperante y madre

La médica que cuida la salud de los más pequeños en el hospital comarcal y que está volcada en proyectos de voluntariado en África, de donde es su hijo, se traslada a trabajar al HUCA

Isolina Riaño Galán, en su despacho del San Agustín. RICARDO SOLÍS

Isolina Riaño Galán dice que es somedana aunque nació en Almurfe, un pequeño pueblo belmontino a orillas del río Pigüeña, el 4 de junio de 1961. Creció y pasó su adolescencia vinculada a Grado y de la villa moscona saltó a Oviedo, a la facultad de Medicina. Riaño Galán podía haber estudiado cualquier otra cosa porque era una alumna aventajada. Pero si algo tenía claro en COU es que quería una profesión que tuviera una importante faceta humana. En sus años de universitaria recibió clases magistrales de pediatría, y así fue como se decantó por esta especialidad que ahora no cambiaría por oro. "Trabajar con los niños es estar en contacto con la vida que está creciendo, es estar con el presente y con el futuro", precisa esta mujer todoterreno que el miércoles recogió su despacho como jefa de Pediatría del Hospital San Agustín y a finales de junio prevé reincorporarse en el HUCA.

Esta no es su primera despedida. En el Hospital Carmen y Severo Ochoa de Cangas de Narcea tiene, dice, parte de su corazón. "Allí pasé años muy intensos, los primeros. Atendí a mucha gente con la que ahora tengo contacto a través de Facebook", manifiesta. Riaño Galán utiliza las redes sociales como una herramienta más de trabajo. Para ella la educación y la sanidad van de la mano, por eso utiliza su perfil social para dar consejos sobre alimentación saludable, la importancia del ejercicio o cooperación. No es casualidad. Isolina Riaño es una pediatra mundial. De cría soñaba con África. Y África, asegura, la eligió a ella.

"Igual que no tenía claro qué quería estudiar, sí sabía que quería ser cooperante y que quería ir a África. Fui por primera vez en 1988, cuando todavía no estaban de moda estos viajes, y me enamoré, me dejé seducir por la mirada de la gente y me di cuenta de lo bien que se vive ligero de equipaje. Las cosas que hacen feliz de verdad no se compran con dinero: la salud, la amistad, la ilusión...", precisa. Y agrega: "A partir de aquel primer viaje todas mis vacaciones las dediqué a ir a trabajar a África". Esto le llevó a ser presidenta de Médicos Mundi, a participar en la creación de la coordinador de ONGD de Asturias o a fundar la asociación Arco Iris Educación para el Desarrollo.

En África, Isolina Riaño Galán encontró también a su único hijo, Jesús. "Realmente me encontró él a mí. Yo no tenía premeditado adoptar a ningún niño pero se dieron una serie de circunstancias que hicieron que se forjara un vínculo especial", explica. A aquel niño de diez años -hoy 21- Isolina Riaño lo trajo a España por problemas de salud. Luego, ambos hicieron un proyecto de vida en común. "Él, afortunadamente, disfruta mucho de todo porque tiene la experiencia anterior. Casi todo el tiempo que vivió en Asturias vivió en Avilés, donde es muy conocido: ¡Ahora me para la gente por la calle y me pregunta por él, así que ya es más conocido que yo!", dice como siempre sin perder la sonrisa.

Isolina Riaño Galán es autora de un sinfín de publicaciones e investigaciones y compagina su actividad asistencial con la educativa. Acude a charlas, ofrece conferencias, visita centros educativos... También es miembro del comité de Bioética: "Creo que los pediatras tenemos la gran oportunidad de promover la autonomía: en la vida lo importante es que cada uno se vaya haciendo responsable de su día a día y que decida qué le hace feliz, qué es bueno... Yo disfruto con cada niño sano o enfermo que atiendo en la consulta porque puedes comunicarte con todos, a ellos me dirijo, a ellos les informo, a ellos les quito miedos", precisa.

Isolina Riaño regala sabiduría pero, a su modo de ver, la vida es pobre para quien cree que todo lo sabe. "En mi familia tengo personas vinculadas a la docencia pero la anterior generación, y lo digo con orgullo, estaba formada por personas de pueblos perdidos de Somiedo que vivieron situaciones muy difíciles. Mi abuela, por ejemplo, era analfabeta. Yo tuve la oportunidad de estudiar, soy hija del 'baby boom', y a mi familia le agradezco que me haya enseñado a vivir en escasez y en abundancia, que me haya trasmitido el valor del trabajo y del esfuerzo", subraya.

La jefa de Pediatría del Hospital San Agustín, a donde llegó en abril de 2005, lleva días despidiéndose de sus colegas. Está agradecida del respaldo de todos y cada uno de los trabajadores del centro. "Celadores, limpieza, enfermería, médicos... Aquí cada uno ejerce una función fundamental para que todo funcione bien. Una palabra clave en mi vida en la cooperación, no solo la internacional sino en el día a día, también el compromiso y la responsabilidad", apunta. Dice que deja "un gran equipo" y espera que este siga alguna de las líneas maestras dibujadas en los últimos años. El área de Pediatría de Avilés es pionero en Asturias, por ejemplo, en la atención de la diabetes infantil.

"Espero seguir en contacto con la gente de Avilés. Y en Oviedo espero aprender y aportar cosas buenas. Sé que no voy a cambiar el mundo, pero como diría el filósofo Julián Marías: 'Que por mí no quede'", concluye.

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