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Izquierda Socialista, al "rescate" del PSOE

Los avilesinos Pablo Castañón y Paz Gómez reivindican un espacio crítico en el seno del partido para frenar su retroceso electoral

Paz González Gómez y Pablo González Castañón, ayer, en Avilés. R. SOLÍS

"Hemos de decirles a todos los socialistas de corazón que no se queden en casa, porque hay posibilidad de cambiar las cosas; ¡socialistas, España os necesita!". La proclama la pronunció ayer en Huelva Pedro Sánchez, el candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, y bien podría ser suscrita por los miembros de la corriente interna de opinión conocida como Izquierda Socialista, bajo cuyo punto de vista el PSOE tiene un problema de desafectación de la militancia y pérdida de peso entre el pueblo llano, su vivero natural de votos.

Sánchez llama a la movilización de los socialistas en clave electoral y los afines a Izquierda Socialista hacen lo propio, pero con el propósito de que cambien las cosas dentro del partido para frenar el retroceso electoral y recuperar el terreno perdido en favor de las fuerzas emergentes, en especial Podemos. Por la parte que les toca, que es Avilés, a eso aspiran Pablo González Castañón y Paz González Gómez, desde la semana pasada miembros de la permanente regional de Izquierda Socialista y desde marzo los rostros más visibles en Avilés de un colectivo crítico que, según sus mentores, aglutina a un 10 por ciento de la militancia local, y subiendo.

"No somos enemigos del PSOE ni vamos contra nadie; somos un corriente de opinión que se caracteriza por ejercer la crítica interna sobre determinadas cuestiones que amenazan, bajo nuestro punto de vista, el futuro del partido y nos alejan de la gente, agravando así la desafectación popular que padece el partido", manifiesta a modo de presentación Pablo González Castañón, militante socialista con cinco años de antigüedad y conocido en la ciudad por su desempeño como dirigente vecinal.

Paz González Gómez, mucho más veterana en la militancia que Castañón y curtida en el movimiento asociativo desde las filas de la asociación cultural y folclórica Maura Xeva, dice aspirar a cambiar "las formas y el fondo" que imperan en el PSOE avilesino para "recuperar la credibilidad" y que la gente "deje de vernos como un partido descafeinado". A su juicio, el PSOE ha renunciado a sus esencias contaminado por la oleada de neoliberalismo "que incluso llevó a cierto ministro socialista a defender como progresista una bajada de impuestos" y cree que urge refrescar los planteamientos y "afinar" la estrategia en materias como la sanidad, la educación, el sector bancario, la religión, la igualdad o la corrupción, entre otras.

La existencia de Izquierda Socialista en Avilés no es nueva, pero jamás había tenido tanta proyección pública como ahora que cuenta tiene por abanderados a Paz González Gómez y Pablo González Castañón. "Hemos decidido dar un paso al frente a la vista de la pasividad y la apatía de los actuales dirigentes, una dejadez que explica en buena medida la fuerza con la que han irrumpido en el escenario político local las fuerzas afines a Podemos; estamos con ocho concejales, la mitad de nuestro techo histórico, ¿de verdad que no deberíamos preocuparnos?", expone Paz González Gómez.

"La calle fue nuestra durante décadas gracias a la proximidad que teníamos con la gente; eso se ha perdido e incluso somos incapaces de tener una presencia eficaz en las nuevas calles del siglo XXI, que son las redes sociales", lamenta González Castañón. Los críticos del PSOE local amplían su repertorio de quejas a la pobre participación de la militancia en los asuntos internos del partido, la escasez de foros de debate, la crisis de la militancia juvenil y el aparente conformismo con una situación que parece poner plomo en las alas al PSOE cuando concurre a los comicios. "La imagen de la Casa del Pueblo (la sede de los socialistas) cerrada la mayoría de los días a cal y canto es un buen símbolo de en qué se ha convertido este partido", asevera González Gómez.

Los miembros de la corriente Izquierda Socialista abogan, además de darle un buen "meneo" al actual estado de cosas dentro del partido, a implantar listas abiertas en las primarias internas, acabar con la exigencia de cierto número de avales para poder ser candidato y exigir la separación de poderes entre los cargos orgánicos y los de representación popular. Y todo esto, tanto en Avilés como en el resto de España.

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