La multinacional Fertiberia es líder en la fabricación de abonos químicos en la Unión Europea y luce esta posición, principalmente, como consecuencia de la política de inversiones de la empresa en investigación y desarrollo. La competencia es dura y el mercado, limitado. Los propietarios de la fábrica de Trasona adoptaron esta máxima como guía de futuro y el trabajo llevado a cabo desde el comienzo de la crisis se ha traducido en una cifra histórica: casi la mitad de lo que se produce en Corvera alimenta los campos de labranza del continente europeo. La multinacional se asoma a los mercados continentales como principio básico de su futuro crecimiento.
La empresa del grupo Villar Mir detectó que su crecimiento ya no estaba sólo en el mercado nacional. En él había invertido sus desvelos durante décadas y sigue haciéndolo, aunque con menos intensidad. Cerca de 200.000 toneladas que salen de los silos de Trasona se venden a agricultores nacionales, principalmente, de las dos Castillas.
Pero ahora los horizontes de la factoría corverana son mucho más amplios. La planta ha vivido estos últimos años un proceso de rejuvenecimiento de su plantilla de manera que la media de edad de los trabajadores actualmente no alcanza los cuarenta. La fábrica de fertilizantes da trabajo actualmente a 139 personas de forma directa y, además, genera otros 200 puestos en mantenimiento y en servicios y transporte.
El tercer pilar de la posición privilegiada que ocupa ahora la fábrica tiene que ver con su ubicación estratégica: a un paso de la autopista "Y" y a paso y medio de los muelles del puerto de Avilés. Todo esto ha colocado a la fábrica corverana en un lugar medio dentro de la multinacional a la que pertenece, pero principal dentro de su sector industrial, que cuenta con siete centros de producción en España, tres en Argelia y dos más en Portugal. La producción que exporta la fábrica de Trasona viaja en barco. No es difícil contemplar cargueros de la compañía amarrados en los muelles de Valliniello.
Esta posición se consolidará, precisamente, con una nueva planta de soluciones amoniacales para centrales térmicas cuya puesta en funcionamiento está prevista, según indicó Jesús Alberto González, el director de la fábrica, a comienzos del próximo otoño. De hecho, la idea es que "en octubre esté a pleno rendimiento".
La compañía invertirá este año 2016 en torno a 4,5 millones de euros para fines productivos y medioambientales. La mitad de los 4,5 millones se destinarán a la puesta en marcha de una planta de solución amoniacal del 25 por ciento, un producto especialmente utilizado para el control de emisiones de los óxidos de nitrógeno una vez liberados al aire por las combustiones. Este producto es utilizado para la reducción de emisiones de estos óxidos de nitrógeno en incineradoras, cementeras o centrales térmicas.
