El verano no es verano en Avilés sin la fiesta de San Antonio de Padua en el Santacecilia. Loor de santidad para celebrar la proximidad del estío "y escuchar un poco de música". Quien habla es Toni Fidalgo, expresidente del Real Oviedo y exalto ejecutivo de la Liga de Fútbol Profesional. Y también periodista y exfutbolista. Y, sobre todo, "amigo de sus amigos", tanto como para juntar a ciento y pico de ellos en la noche del viernes en la calle de Galiana para montar un pollo.

Todo a ritmo de bolero, de ranchera o de rock clásico. Mike Kennedy se plantó sobre el escenario del bar de Manolo Egocheaga y se lanzó por "Black is black", una canción que cumple estos días su primer medio siglo. Pero no sólo puso él la banda sonora a la noche santa. También anduvieron sobre las tablas tipos menos veteranos, pero con muchos aplausos a sus espaldas: Miguel Herrero o Rafa Kas, por ejemplo. Además, salió a escena José Miguel Díaz, el líder de "Los Linces" o Armando Suárez Solís, que no estuvo en la fiesta en calidad de cirujano. Más bien de amigo. Y es que Fidalgo es hombre de amigos en largura. Los ciento y pico reunidos antes de anoche levantaron la copa y pidieron salud y distancia. Y también un verano proclive, que son cosas normales en el comienzo de una fiesta que se alargó "hasta muy tarde", dijo Fidalgo, que no quiso concretar la tardanza, dejando esta en pura estimación particular.

Todo comenzó con los componentes del mariachi asomados al balcón para cantar aquello de "sigo siendo el rey". Fidalgo llegó conduciendo un coche de hace la tira de años. Y, entonces, los invitados fueron accediendo al jardín del local. Y allí comenzaron los primeros acordes. Boleros, sobre todo. Entonces, empezaron los camareros a pasar las bandejas por entre los grupos que se reunieron a contemplar el crepúsculo. Porque todo comenzó de día. Anduvo Toni Fidalgo atendiendo a este y aquel, dejándose fotografiar. Un vino. Otro más. Jugadores clásicos, compañeros del anfitrión recordaron los primeros pases en los campos de fútbol.

Todo salió superlativamente antes de anoche en Avilés, tanto como para que Fidalgo ya esté programando cómo marcar el próximo gol al verano que se acerca.