Una lluvia de cristales a la altura del número 2 de la calle del Prado activó ayer, pasadas las dos de la tarde, la alerta del vecindario y puso en guardia a los peatones que en ese momento pasaban por la zona, afortunadamente lejos del lugar donde los proyectiles impactaron contra el suelo. Un hombre joven estaba asomado a la galería de su casa, en un décimo piso, y vociferaba en estado muy nervioso; entre otras frases incongruentes, aseguraba que su domicilio estaba lleno de gas tóxico y que no podía huir porque la puerta estaba bloqueada. Pedía socorro y, presa del pánico, golpeaba las ventanas y las mamparas de la galería rompiendo los cristales y poniendo en peligro su propia vida.

El incidente generó una gran expectación y al lugar acudieron agentes de la Policía Local, que lograron sacar al joven de la casa sin daños visibles antes de que llegase una dotación de bomberos que había sido avisada por si se requería su ayuda para echar la puerta abajo. El joven, que presentaba síntomas de algún tipo de trastorno mental, fue tranquilizado una vez en la calle y luego trasladado en una ambulancia al Hospital Universitario San Agustín.