Marcos Cachuán lleva veinticinco años vendiendo libros en la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión de Avilés. Y eso es mucho. La actual edición es la 31.ª. "Soy el más antiguo", asegura, mientras contempla a los viandantes que recorren el paseo central del parque de Las Meanas, el lugar que en más ocasiones ha acogido uno de los mercados de libros de lance más señeros de Asturias. "Nunca supimos por qué no había una feria como esta en otras partes de Asturias", bromea.

Cachuán cuenta con una librería en Arganda del Rey, en la provincia de Madrid. "Las mayores ventas las hacemos cuando salimos a la calle", admite el librero veterano. "Lo que sucede es que los costes son altos: tres metros de ancho de una caseta está a 700 euros. Suma la estadía, la comida, el transporte de los libros... Son casi 5.000 kilos. Nos pasamos aquí 18 días", explica, mientras varios clientes hojean ejemplares que ofrece en su puesto.

-¿Libros de moda? -pregunta una mujer.

-No, lo siento. Vaya a la primera caseta. Es posible que lo encuentre allí.

La Feria del Libro de esta año es más pequeña que en otras ediciones. "Llegamos a ser catorce o quince librerías. Este año sólo somos siete", se lamenta Cachuán. "Empezamos a sacar los libros a la calle a mediados de los años ochenta. Poco a poco todas las capitales de provincia organizaban este tipo de mercadillos. Vinimos de nuevas y descubrimos que había dinero, que los avilesinos compraban bien, que les interesaba lo que hacíamos. Vinimos más", añade el veterano.

El mercado se desarrolla en los últimos años en Las Meanas, pero también, durante una temporada, tuvo lugar en el parque del Muelle o, incluso, en las calles más céntricas de la ciudad. Cachuán ha estado en todas estas ubicaciones. "Los lectores se pueden encontrar con dos títulos a cinco euros, tres a diez... quien quiera leer lo puede hacer", confirma.

El librero tiene anécdotas como montañas, como la del autor que descubre que su libro se vende a tres euros: "Me preguntó cuántos ejemplares tenía, cuánto me habían costado. Se cabreó mucho con su editor".