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JOSERRA LANDARROITAJERAUREGUI | Sexólogo, ofrece esta tarde una charla en Avilés

"Por fin hemos descubierto que el sexo no está en los genitales sino en el coco"

"Reconocer que tu hijo es transexual suele provocar conmoción y se tarda meses en metabolizarlo, pero el cambio cada vez es más rápido"

Joserra Landarroitajerauregui.

Joserra Landarroitajerauregui es psicólogo, pedagogo y sexólogo. Cada verano participa en Avilés en un curso de sexología organizado por la Universidad de Oviedo y hoy regresa de nuevo a la ciudad para pronunciar una conferencia en el marco del Festival de cine LGBTIQ, acrónimo que utiliza la Unión Europea para denominar al colectivo de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales y "queer". Landarroitajerauregui disertará sobre el transgénero visto por las familias a partir de las 18.00 horas en el Centro Niemeyer. Entre película y película -hoy se proyecta "Yo nena, yo princesa" (17.00 horas) y "Noemi Campbel" (20.30 horas)- tomarán la palabra también Christian García Campelo y Mané Fernández Noriega, ambos de Xega, para analizar la experiencia "trans "desde la perspectiva juvenil.

-¿Cree que se debe abordar la transexualidad desde las guarderías?

-Claro que sí. Antes muchos niños y niñas transexuales estaban en pelea permanente con su familia, su vecinos, su parroquia... Su vida era un disparate. Ahora las familias se han dado cuenta de que su caso no es una rareza, han conectado entre ellas gracias a internet y son conscientes de que sus hijos son como los demás. Con esto nos está pasando algo parecido a lo que ocurría con los zurdos: hace unos años entendíamos que se les había enseñado mal y que había que corregirlos y ahora sabemos que aquel pensamiento era un error. De un tiempo a esta parte hemos descubierto que el sexo no está en los genitales sino en el coco y esto ha cambiado el panorama.

-¿Cuáles son los indicadores o las señales de que un niño es transexual?

-Los niños y niñas presentan en ocasiones determinadas señales con clara significación sexual que no coinciden con el sexo asignado de acuerdo a sus genitales. El juego infantil, por ejemplo, es un indicador de que si es un niño no viene muy azul y si es niña no viene muy rosa. Esto sin embargo no quiere decir que todos esos niños rositas vayan a ser transexuales o gays... Tal vez estemos ante chicos tiernos y, en sentido contrario, ante chicas rudas. Ahora sí, todos los niños y las niñas transexuales son y van a seguir siendo lo que coherente y persistentemente dicen que son.

-¿Cómo reaccionan las familias de un niño transexual?

-Las mujeres, como en casi todo, van por delante. Son las madres las que suelen manejar este asunto y los padres acaban yendo casi siempre a rebufo de ellas. En España actualmente hay un porcentaje elevado de familias que ha asumido la identidad sexual de sus hijos y esto quiere decir que los chavales están muy protegidos. Hace unos años preguntar a un transexual por el recuerdo del día de su Primera Comunión era algo trágico y esto está cambiando. También hay otras familias, las de siempre, que tratan por todos los medios que esto cambie cuando es algo estúpido: la transexualidad es para toda la vida.

-¿Cuál es el primer paso que debe dar una familia?

-Reconocer que tu hijo o que tu hija es transexual suele provocar conmoción y se tarda a veces meses en metabolizarlo. Aunque gracias a internet estos cambios se están acelerando. Ahora una madre puede contactar con otra que vive a miles de kilómetros pero que está viviendo una situación idéntica. Luego llegan los cambios estéticos, generalmente dentro de casa. Y curiosamente, a un niño al que se le deja vestirse de niña se relaja y se ven procesos espectaculares: niños aislados que se convierten en sociables, niños tristes que de pronto son alegres.

-¿Cuándo puede un menor de edad seguir un tratamiento de reasignación sexual?

-Hasta la pubertad nada de nada, todo el cambio que se produce es social y familiar. En la pubertad se pueden dar bloqueadores hormonales que impiden, por ejemplo, que a una chica le salga pecho. A partir de los 16 cambia todo porque existe la soberanía sanitaria, aunque la mayoría de edad es a los 18 años.

-¿Cuáles son las consecuencias de reprimir la identidad sexual de cada uno?

-Yo he visto a gente morir de forma clara por la represión. Se ven muy pocos transexuales que ahora tendrían 55 o 60 años, y se ven pocos porque esa generación en concreto desapareció. Ahora parece que hay muchos más pero no es más que estos niños y jóvenes están saliendo a la calle. Y hay que dejar claro que esto no es vicio. Esto ya lo saben muchas familias que han llegado a la conclusión de que han tenido bebés con los genitales torcidos y es fundamental que los padres reconozcan a niños con vulva y niñas con pene.

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