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El Suanzes estrena la soldadura virtual para formar a los nuevos metalúrgicos

El instituto de referencia en Asturias para el metal destaca la mejora en seguridad y el ahorro de costes logrados con los equipos de simulación

Andrés Álvarez López, profesor de soldadura y construcciones metálicas, manipula el equipo.

Los alumnos del Centro Integrado de Formación Profesional de Avilés (CIFP) se forman en la disciplina de soldadura a través de la realidad virtual con ayuda de un simulador de última tecnología. Un nuevo equipamiento desarrollado por una empresa de Huelva y recientemente adquirido por el antiguo instituto Suanzes a través de una beca de la Fundación Alcoa, permite a los estudiantes de diferentes ciclos formativos mejorar su habilidad como soldadores en un entorno seguro, con costes reducidos y de forma amena. "Es como un videojuego", señala Alejandro López Fernández, de 21 años, alumno del ciclo superior de Construcciones Metálicas.

El nuevo taller de soldadura del centro educativo avilesino no emite gases a la atmósfera y los aprendices no corren riesgo de sufrir quemaduras. Equipados con el tradicional casco de soldador -en este caso dotado de una pantalla de realidad aumentada- y también con una pistola de soldar que imita a la auténtica, los jóvenes simulan la realidad industrial. Este trabajo virtual se proyecta simultáneamente en una pantalla permitiendo al profesor y al resto de los alumnos seguir en tiempo real el proceso y ver, tanto la evolución correcta como los errores que comete el soldador. La máquina, además, indica si el aprendiz ha superado el ejercicio y da a conocer los fallos. Asimismo, analiza conceptos como habilidades, longitud del arco, velocidad, ángulo de avance, ángulo de trabajo o trayectoria, indica Andrés Álvarez López, profesor de soldadura y construcciones metálicas en el CIFP. "También puntúa el tiempo invertido en la práctica y la dificultad de la misma", añade.

El nuevo equipamiento que va a ser utilizado por 262 alumnos -los que incluyen la asignatura de soldadura en su formación- recibe todos los parabienes de la comunidad educativa. "Ayuda al principiante. Es muy útil para empezar a soldar y también para soltarte. Además, ahorra costes", apunta Andrés Álvarez. "Te concentras más y cuando pasas a la cabina real estás más suelto", añade Carlos Alario Díaz, de 25 años e igualmente alumno de construcciones metálicas, para pasar a explicar los aspectos más sencillos y también los más complejos de este novedoso equipo. "La dificultad está en colocar bien la pistola; la parte fácil, por su parte, es llevarla a donde quieres", dice para comparar la herramienta con un "stick" de los videojuegos.

Ambos jóvenes coinciden en apuntar que con las prácticas en las dos máquinas que conforman el nuevo taller de soldadura "se afina la posición y la velocidad" del trabajo en el que, indicaron, influyen parámetros como el espesor de la chapa, el tipo de material, de hilo y de gas usados, explican.

Los requisitos necesarios para alcanzar un nivel óptimo de soldadura pasan por tener "buen pulso y buena vista", aseguran Alejandro López y Carlos Alario, alumnos de la FP Dual (combinan el periodo formativo en una empresa con el educativo en el centro). El primero acude de lunes a miércoles a Tadarsa y el segundo se instruye en Thyssen. Los jueves y viernes asisten a clase en el edificio de la calle del Marqués.

Al igual que el resto de alumnos del centro de Formación Profesional se muestran encantados con los dos simuladores en cuyo manejo se han formado trece profesores. "Jugamos unos contra otros y es muy entretenido. Es una suerte tener estas máquinas. En las cabinas hace mucho calor, sufres quemaduras y hay muchos gases. Además, para el centro supone un ahorro porque no gasta en material", dicen.

De la aceptación que tiene y el interés que el avanzado sistema ha despertado en el alumnado da buena cuenta Andrés Álvarez. "Para los jóvenes, además de útil, es muy atractivo ya que las nuevas tecnologías les entran por los ojos. Por primera vez veo que están estimulados", dice al tiempo que habla de otras ventajas. "Estas máquinas forman en muchos procesos de soldadura; recrean posiciones y técnicas que se aplican en las empresas. Supone un apoyo importante a la formación; los alumnos mejoran mucho, les eleva la autoestima y se vuelven más críticos", afirma.

Álvarez López también se hace eco del ahorro que supone el uso del taller virtual frente tradicional que está equipado con quince cabinas. "Se economiza tiempo y dinero y el simulador no emite gases, por lo tanto no contamina. La soldadura es muy cara por los equipos, los consumibles y los materiales", declara mientras muestra algunos de los principales materiales utilizados: acero al carbono, cobre, acero inoxidable o aluminio. Concluye su exposición ensalzando las cualidades de un buen soldador. "Debe ser metódico. La soldadura es técnica y pulso y exige concentración y entrenamiento".

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