El número de transexuales asturianos menores de 16 años que solicitan asesoramiento para cambiar de sexo -de hombre a mujer o de mujer a hombre- cada vez es mayor en la región, según los expertos. La petición de ayuda la realizan casi siempre cuando aún no han comenzado ningún tipo de tratamiento médico o estético para adecuar su cuerpo al género con el que se identifican. Estos adolescentes suelen llegar a la Unidad de Tratamiento de Identidad de Género de Avilés -pionera en Asturias desde abril de 2007 y la segunda del país tras la creada en el hospital "Carlos Haya" de Málaga- derivados por sus médicos de familia. Una vez en el centro, los jóvenes, con una edad mínima de 12 años, son sometidos, de acuerdo a rigurosos protocolos de atención, a una constante evaluación en la que juegan un papel básico las psicólogas clínicas de la unidad, Natalia López y María Fernández Rodríguez.

"Debemos dar respuesta a esta nueva realidad asistencial con la elaboración de protocolos eficaces y seguros que aborden las demandas y necesidades de los más jóvenes sin imponer un punto de vista dicotómico sobre el género, explorando las diferentes expresiones de identidad de género y teniendo en cuenta que las intervenciones hormonales y quirúrgicas pueden ser adecuadas para algunos adolescentes pero no para otros", explican los responsables de la unidad, formada por cuatro profesionales más un psiquiatra de cabecera, entre ellos el endocrino del Hospital San Agustín José Antonio Álvarez-Diz. Éste añade: "El acompañamiento y la valoración es fundamental para establecer si esa disforia es firme o simplemente una fase de su desarrollo que luego va a ir por otro camino, algo también frecuente".

Los especialistas al frente de la Unidad de Identidad de Género del Principado, ubicada en El Quirinal, atienden a los adolescentes y a sus padres, que son los que tienen la patria potestad. Muchas de estas personas, según Álvarez-Diz, dan señales de su transexualidad desde muy pequeños. "Los juegos infantiles, el vestuario, el vocabulario que se utiliza e incluso un corte de pelo determinado pueden ser indicadores de que una persona está sufriendo esa incongruencia entre el sexo sentido y el sexo biológico", manifiesta al respecto el sexólogo Joserra Landarroitajerauregui. Actualmente, en España el tratamiento a base de bloqueadores hormonales se puede ofrecer a los adolescentes a partir de los 16 años.

Cumplir con este tratamiento de forma continuada es, precisamente, un requisito imprescindible para dejar de ser un hombre o una mujer legalmente. "La ley en nuestro país exige dos años de tratamiento hormonal continuado y que exista mayoría de edad. Los menores que han conseguido un cambio registral en España ha sido vía judicial", destaca José Antonio Álvarez, que ayer ofreció un balance de los primeros nueve años de la Unidad de Tratamiento de Identidad de Género en el marco del Festival de Cine LGBTIQ organizado en Avilés.

En esta unidad se han abierto en estos años un total de 150 historias clínicas, ocho correspondientes a menores de edad. El paciente más joven tenía 12 años y el mayor, más de setenta. El perfil habitual es el de jóvenes de entre veinte y treinta años. José Antonio Álvarez explicó que la proporción en Europa de transexuales femeninos -biológicamente chicos que se sienten mujer- es de casi tres veces más que los casos de las biológicamente mujeres que se sientes hombres. Sin embargo, en el caso de Asturias, esa proporción está prácticamente equilibrada a un cincuenta por ciento, lo que los expertos identifican como "una curiosidad" de difícil explicación.

El tratamiento de estas personas, inicialmente a base de hormonas que luego puede derivar en cirugía para proceder a un cambio de sexo, está cubierto por la Seguridad Social. "El tratamiento y las analíticas no conlleva grandes costes, y las operaciones de cirugía -veinte hasta la fecha- se llevan a cabo mediante un concierto con el servicio andaluz de salud", puntualiza Álvarez-Díz. Y añade que "nuestra labor no consiste sólo en dar hormonas y operar, también es conseguir que una persona que está sufriendo con la situación de incongruencia que tiene entre su género sentido y el sexo biológico, encuentre un rol en el que se sientan a gusto y a veces eso se puede conseguir sin necesidad de cirugía". El especialista aprovechó la presentación pública de la Unidad para criticar que muchos transexuales aún hoy sufren vejaciones, agresiones e insultos.