Ayer lució el sol, pero en Bayas la jornada fue de perros. Y no por una nube. La decisión municipal de admitir canes en un área de este arenal castrillonense sigue levantando ampollas entre vecinos y usuarios críticos con esta medida y los animalistas. Ayer, y por segundo día consecutivo, treinta y cinco integrantes de la asociación de vecinos cortaron con el pertinente permiso de la delegación de Gobierno en Asturias el acceso a Bayas durante dos horas, de doce a dos de la tarde. Ninguno de ellos admite estar en contra de los perros. Sus reivindicaciones, aseguran, van por otros derroteros: "Defendemos la conservación de una playa que lleva ya muchos años desatendida aunque es Monumento Natural", señalaron. Sus argumentos no convencieron a los dueños de canes, y mucho menos a decenas de bañistas que a mediodía se vieron metidos en una caravana de órdago en la carretera que une Bayas con Naveces.

Durante las dos horas que se prolongó el corte de tráfico -del que según el presidente del colectivo vecinal, Manuel Redondo, tenía conocimiento la delegación de Gobierno y, por extensión, la Guardia Civil- los defensores de playas para perros y bañistas mostraron su indignación. En Bayas se vivieron momentos de tensión. Los vecinos lamentaron que los dos agentes de la Benemérita desplazados al arenal "en lugar de calmar los ánimos caldearan el ambiente diciendo que carecíamos de permisos". Pero pese a las quejas de los bañistas, los vecinos se mantuvieron en sus trece. Sólo permitieron el paso en coche de una mujer diabética. A pie cruzaron la "línea de fuego" todos los bañistas que lo desearon.

Las movilizaciones continuarán a lo largo de este mes, según avanzó Manuel Redondo. "No vamos a cesar de movilizarnos hasta que el Ayuntamiento decida dar marcha atrás y buscar otro arenales para las mascotas", dijo. Asimismo, la asociación de vecinos sigue recogiendo firmas de apoyo tras entregar hace unos días en el Ayuntamiento de Castrillón y en la Consejería de Medio Ambiente un escrito de protesta avalado por 114 personas. "No tenemos nada contra los perros, pero no estamos dispuestos a que se permita la entrada de canes todo el verano en una playa protegida como la de Bayas que es Monumento Natural", afirmó.

Los vecinos de Bayas plantean que la existencia de una playa para perros "no sea una decisión unilateral y arbitraria del gobierno local, sino que sea fruto del consenso entre los vecinos, los usuarios y las asociaciones que reclaman playas para perros para garantizar así los derechos de todos".