"Me dieron patadas en la espalda y en la cabeza sin compasión". Con estas palabras resume Leopoldo Fernández la violenta situación que vivió el pasado sábado alrededor de las tres de la madrugada en Piedras Blancas, donde reside. Entonces, la fiesta bullía en la localidad. "A esa hora iba conduciendo mi coche por la carretera que sube al aparcamiento del Vallín, en las inmediaciones de la piscina, y allí estaban los chavales del botellón. En el asiento de atrás iba mi hijo, adolescente, y un amigo. Sin ninguna razón, empezaron a darme en al coche y me apeé a ver qué pasaba, porque aquello no era normal. Entonces ya no pude defenderme: unos treinta chavales me pagaron una paliza", sentencia Fernández, de 38 años, que permaneció ingresado hasta ayer por la tarde en el Hospital San Agustín. Sufre rotura de dos vértebras, heridas y magulladuras en todo el cuerpo.

En el lugar de los hechos se personaron agentes de la Policía Local de Castrillón y de la Guardia Civil, que identificaron tanto al herido como a algunos de los participantes en el "botellón". Ayer, Leopoldo Fernández tenía previsto interponer la correspondiente denuncia en el cuartel de Piedras Blancas una vez obrara en su poder el informe médico con el parte de lesiones. "En función de la denuncia se tomarán las medidas oportunas y se llamará a testificar a quien corresponda", manifestó al respecto un portavoz de la Guardia Civil. La Benemérita será la encargada de dilucidar qué ocurrió el sábado de madrugada en Piedras Blancas, donde, según las mismas fuentes, se produjeron diferentes altercados a lo largo de la noche que obligaron a intervenir a los agentes.

"No entiendo todavía lo que pasó", lamentaba ayer el castrillonense. "Iba con el coche por la calle del Vallín cuando empezaron a golpearlo, me arrancaron hasta el limpiaparabrisas de atrás", relató ayer Leopoldo Fernández, quejoso con el trato que recibió en el lugar de los hechos por los agentes de la Guardia Civil. También mostró su disconformidad por la "tardanza" del complejo sanitario avilesino a la hora de entregarle el parte de lesiones. Ya tiene el caso en manos de un abogado.

"Ahora mismo estoy en el paro, pero mi profesión requiere esfuerzos físicos y con la rotura de dos vértebras y las costillas hundidas debo guardar reposo y no sé por cuánto tiempo, de momento tendré que utilizar un corsé ortopédico", señaló el castrillonense, que permaneció ingresado en el Hospital San Agustín desde la madrugada del sábado (fue trasladado en ambulancia) hasta ayer. Su mujer recibió en los últimos días llamadas de apoyo. "Ha habido personas que se han ofrecido como testigo", concluyó Fernández.