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La inesperada cercanía del bonito a la costa saca a faenar a los barcos pequeños

"Nos ha pillado casi de sorpresa; a ver si se mantiene, porque es una muy buena noticia", reconoce el presidente de la Federación de Cofradías

Los pescadores asturianos están de enhorabuena. Y es que los bonitos están cerca de la costa, una circunstancia que apenas se ha dado en los últimos años, lo que propicia que los barcos más pequeños también puedan salir a capturar una de las estrella del verano marino. "Nos ha pillado casi de sorpresa. Algunas embarcaciones pequeñas ya están saliendo y otras se están preparando para ir. A ver si aguanta porque es una muy buena noticia y más según cómo está el sector", aseguró ayer Dimas García, presidente de la Federación regional de Cofradías.

Según los primeros datos, se han encontrado cardúmenes a unos 25 millas de la costa asturiana; los primeros bonitos que se rularon en Avilés fueron capturados a 200 millas al oeste de Finisterre. "Si el bonito está cerca, pueden participar en esta campaña unos 60 barcos de la región; si en cambio está muy alejado, sólo unos pocos, los que tienen mayor capacidad tanto económica como de capacidad. Solo así se pueden cubrir los gastos", añadió García. Y es que travesías de 200 millas, por ejemplo, conllevan unos cuatro días de viaje de ida y otros tantos de vuelta más las jornadas dedicadas exclusivamente a la pesca. En algunos casos, más de dos semanas de marea. "Hace unos días, por ejemplo, un barco cántabro vendió bonito en Gijón un lunes y volvió el viernes con más capturas. Eso es imposible si el bonito está lejos", comentó el presidente de la Federación regional.

Las teorías sobre por qué los bonitos se acercan o no a la costa son muchas y variadas. Entre los argumentos están el calentamiento del agua del Cantábrico y las variaciones en las corrientes marinas. Esta especie, además, se mueve en función de dónde se encuentra su alimento: larvas, alevines o plancton, que está en un lugar u otro dependiendo de las corrientes.

La temporada del bonito del Norte la abrieron el pasado día 30 de mayo los barcos "Esmeralda III", "Berriz Amatxo" y "María Digna II", los primeros en desembarcar en Avilés unos 4.000 kilos. Desde entonces, a las rulas de Avilés y Gijón han llegado varias remesas de bonito que está permitiendo nutrir los supermercados de la región y contribuye a bajar el precio medio de unos de los productos favoritos del verano. La campaña se suele alargar hasta mediados de octubre.

La temporada del bonito del Norte es una de las más importantes del año en el apartado económico. Por ejemplo, durante 2015 en Asturias se vendieron 1.526.390,16 kilos de túnidos, por los que se facturó 6.840.087 euros. El precio medio fue de 4,48 euros el kilo. Esa cifra sólo fue superada por la merluza, con mucha diferencia (17 millones de euros en ingresos) y la anchoa (7,4 millones de euros).

Al buen inicio de la costera del bonito se suma el de la anchoa, que también está siendo positiva para el sector, según García. Lo que no se ve por la mar son las sardinas, totalmente desaparecidas. "No hay ni una", lamentó el presidente de las cofradías asturianas. Un informe elaborado por el Observatorio de la Pesca y de la Acuicultura de la Comisión Europea (CE) alerta de que sus reservas en aguas ibéricas del Atlántico (Golfo de Cádiz, Portugal y Cantábrico) se encuentran actualmente en el nivel "más bajo" de su historia. Según el estudio, la biomasa se ha reducido en un 71% en los últimos diez años.

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