La adolescente avilesina de 16 años que huyó a Málaga hace cuatro meses y que ha sido retenida por "riesgo grave" de radicalización islámica volverá a Asturias en los próximos días. "La tutela provisional la tiene ahora el Principado y nos han dicho que están hablando con la Fiscalía de Menores de Córdoba para traerla para acá", explicó ayer Lucio González, el abuelo de la joven, en conversación con LA NUEVA ESPAÑA.

A. B. P. se escapó del centro de menores de Oviedo en el que había sido internada pasadas las nueve de la noche del 16 de marzo. Y no fue hasta mediados del pasado mes de junio cuando la madre de la adolescente tuvo noticia de su paradero. "La vieron por Mijas y Torremolinos, en la provincia de Málaga, pero la Policía le perdió la pista", se lamenta González. Según la investigación, estaba siendo sometida a la influencia de un grupo de extranjeros musulmanes: vestía con velo negro y rezaba mirando a La Meca. "La Policía la localizó porque comía siempre en el mismo bar", recalca González. "Se dio cuenta y se escapó", añade el abuelo.

Cuando los agentes de seguridad dieron con la avilesina, la chica se enfrentó a los policías, que la redujeron y posteriormente la detuvieron. La autoridades andaluzas se hicieron cargo de la adolescente y la internaron en un centro de menores de la provincia de Málaga, donde volvió a escaparse utilizando la misma técnica que en Oviedo: después de ducharse y antes de cenar, dejó el centro y regresó al lugar que le habían marcado los jóvenes con los que había sido descubierta.

Tras ser identificada por segunda vez, un juez decidió internar a la menor en un centro de reforma de Córdoba, "con el fin de alejarla de las malas influencias", según fuentes oficiales. Y es ahí donde se encuentra antes de su inminente regreso al centro de menores de la capital asturiana.

A mediados de junio pasado la adolescente llamó a su abuela materna. "Desde entonces no sabemos nada de ella... y se nos va la cabeza a no sé sabe dónde estará ni qué estará haciendo", reconoce el abuelo, que está muy afectado por la huida de la menor.

A. B. P. "se marchaba de casa y tardaba dos días en regresar, así que la madre la denunciaba a la Policía y la Policía la localizaba", relata González. "Tantas fueron las intervenciones que el Principado, a través de Asuntos Sociales, intervino y obtuvo la tutela provisional", cuenta el abuelo. "Ellas vivían a pocos pasos de mi casa, pero yo no sabía siempre qué hacía", apostilla.

Cuando el Principado se hizo cargo de la adolescente, la alojó en un centro de menores abierto. "De esos en los que cuando llegaba el fin de semana recibía incluso una paga para ir al cine o tomar algo", cuenta González. "Se escapó del centro en marzo, poco antes de que sirvieran la cena. Desapareció... y durante tres meses no supimos nada de ella, hasta que la Policía la localizó en Málaga", añade el abuelo de la chica. "Es el centro del que se escapó el que tiene que reclamar su custodia", recalca el abuelo.

"Nadie está seguro" de lo que hizo entre Mijas, Torremolinos y Málaga, señala González. "No sé quién es el tío con el que estaba; un marroquí, parece ser", apunta el abuelo. La vida de la joven y de su familia no ha sido un camino de rosas. La madre de la adolescente había admitido en su momento que había sido incapaz de controlar a la menor, antes incluso de dar un portazo y dejar a toda su familia con la preocupación a flor de piel. "No hablaba con nadie, no llamaba a nadie... y así la cabeza se iba a cualquier sitio. ¿Dónde habrá estado?, ¿qué habrá hecho?", concluye el abuelo.