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El naufragio que cerró el puerto

Los restos del "Cabo Palos", que se fue a pique hace 105 años en la entrada de la ría, fueron un obstáculo para otros barcos durante décadas

El barco, tras su naufragio en la bocana de la ría. PHOTOBUCKET.COM

Uno de los naufragios más destacados de la historia del puerto avilesino, el del buque "Cabo Palos" cumple 105 años, pero sus consecuencias se hicieron sentir hasta hace algo más de una década. El barco mercante de la Compañía Vasco Andaluza que cargaba en sus bodegas dos mil toneladas de materiales entre lingotes de hierro, carriles de ferrocarril y zinc laminado, se fue a pique en la bocana del estuario. Afortunadamente, el accidente no se cobró víctimas mortales. "No solo fue malo para el propio barco, como es lógico, también fue malo para todo el puerto, porque quedó atravesado en la entrada de la ría y no permitía el paso", señala Josefa Sanz, cronista oficial de la villa.

Tras salir del puerto en dirección al canal de la ría, que por aquel entonces tenía un ancho ligeramente inferior a los 50 metros, la embarcación tocó en el bajo a la altura de la ensenada del Emballo. "Había varias peñas que se fueron dinamitando, hasta que la ría quedó más despejada para la entrada de barcos más grandes. La primera vez que se solicitó, a principios del siglo XX, el Ministerio de Marina no lo permitió, porque decía que impedirían la entrada de buques enemigos, una defensa del puerto", explica el historiador Antonio Román Álvarez. Josefa Sanz apunta también a otra circunstancia que complica la salida: "Parece una balsa, pero hay corrientes muy fuertes en esa zona y es muy complicado maniobrar cuando la marea está bajando", añade.

El impacto tuvo lugar en el costado de estribor del vapor, pero los tripulantes no dieron mayor importancia al incidente hasta que, ya sobrepasada la bocana del estuario, se abrió una vía de agua en el armazón de la nave. El capitán decidió entonces dar media vuelta y poner rumbo a puerto de nuevo, y a la altura de la cabecera de la ría el buque volcó sobre su costado de estribor y se hundió, según se relata en el libro "Episodios y relatos de Avilés".

En las tareas de desguace, llevadas a cabo por buzos, se invirtieron 60 días; y también fue necesario el empleo de explosivos para terminar de eliminar el obstáculo. Durante este período, el puerto de Avilés mantuvo su actividad comercial a duras penas, transportando por tráfico rodado los materiales hasta el puerto gijonés de El Musel. El tránsito quedó restablecido en agosto del mismo año. Sin embargo, "muchos años después se siguieron sacando escombros, hasta 2004", dice Álvarez. "Incluso los restos del naufragio se convirtieron en un escollo más para entrar en el puerto", remata.

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