Illas fue motivo central de uno de los capítulos más singulares de las memorias de Armando Palacio Valdés. El escritor lavianés cuenta en "La novela de un novelista" la historia del capellán don Antonio Joyana, que trabajaba para los tíos del autor de "La espuma". Resulta que este vecino del concejo era una especie de Quijote que marcó la vida del novelista hasta el punto de declarar: "Don Antonio Joyana trataba a los hombres solamente como hombres. Para él un zapatero era un hombre y el marqués otro hombre. Las diferencias sociales nada añadían a sus ojos a la imagen de Dios". Ahora, el concejo publicará este capítulo. "Lo hacemos de manera independiente porque consideramos que los vecinos del concejo tienen que tener acceso a su propio pasado. En este caso, Palacio Valdés aprovecha el capítulo, además de para contar la historia de Joyana, para retratar la vida real en el municipio a mediados del siglo XIX", apunta el alcalde de Illas, Alberto Tirador.

Este fragmento de las memorias del autor de "El cuarto poder" ya está en la calle. A instancias del propio municipio y también de la asociación de Amigos de Palacio Valdés, que se ha encargado de rescatar del olvido el texto en concreto. "Nuestra pretensión es recuperar la 'Topografía médica del concejo de Illas', del doctor Villalaín, y también el testamento del doctor Nicolás de Meléndez Valdés, el segundo propietario del palacio de Bárcena, el de La Callezuela. Meléndez Valdés era sobrino del fundador de la Universidad de Oviedo", explica Tirador, promotor del proyecto de recuperación bibliográfica en el municipio. La intención del Ayuntamiento es concluir el plan de recuperación de bibliográfica "antes de un año".

La "Topografía médica del concejo de Illas" es la primera monografía centrada en el municipio. "La escribió el médico de la Real Compañía de Minas ene l año 1922. Hace un estudio geográfico, social, económico de Illas. Se trata de un libro, además, de fácil lectura que descubre partes olvidadas de Illas", recalcó Tirador.

El testamento de Meléndez de Valdés lo recogió Tirso de Avilés a comienzos del siglo XVII. "A este le pasa algo semejante que al de Villalaín: retrata una sociedad temerosa de Dios. Meléndez de Valdés cuenta los problemas que tuvo para hacerse con sus propiedades, relaciona todas las misas que deja pagadas para la salvación de su alma, se queja de su hijo, que dice que le vende todo... Parece muy interesante que todo esto pueda ser conocido por los vecinos", concluyó el Alcalde.