La playa de Luanco no cumple con las normas de accesibilidad. Así de tajante es el alcalde de Gozón, Jorge Suárez, que ya está manos a la obra para elaborar un proyecto que permita que las rampas de acceso al principal arenal de la capital del concejo sean aptas para todos los usuarios, incluidos los que van en sillas de ruedas o tienen problemas de movilidad. Para ello, el Alcalde explicó que ya ha mantenido contactos con la Asociación de personas con lesión medular y otras discapacidades físicas, Aspaym, para que redacten un informe sobre las condiciones a tener en cuenta para acometer mejoras.
El proyecto del gobierno local va más allá y no solo quieren dar un mejor acceso a la playa sino también facilitar a aquellas personas con problemas de movilidad su acceso al mar. Así, la idea es instalar pasarelas de madera que comunique la rampa con el agua, como ya existe en algunos arenales del Mediterráneo o del Sur del país.
Suárez explicó que el PSOE ya había querido realizar todas esas mejoras en la playa este mismo año. "Lo estuvimos mirando y no nos encajaba en el presupuesto. Pero el verano que viene tiene que ser ya una realidad. En las rampas no habría que hacer mucha obra y ya estamos trabajando en el proyecto", comentó el regidor gozoniego.
Los problemas de accesibilidad de la playa de Luanco truncaron, por ejemplo, que personas con más de 33 por ciento de discapacidad pudieran optar a una de las casetas de la playa. "Este año sacamos a licitación las casetas de la playa y seis de ellas eran para minusválidos. No nos atrevimos a poner más que hasta el 33 por ciento de discapacidad porque las rampas no cumplen las normativas", comentó.
Otro de los problemas a los que se enfrentó el Alcalde al principio del verano fue a la acumulación de arena en la playa luanquina. En ese momento, planteó la posibilidad de analizar la situación actual del arenal y buscar soluciones técnicas para la reordenación de los áridos. Esa acumulación fue provocada durante los temporales de invierno, cuando la mar arrastró cantidades ingentes de árido. Es el efecto contrario al de Salinas, donde el mar se la lleva, para preocupación de los bañistas.
