La ciudad ha vivido un fin de semana donde la actividad y los turistas bullían por los cuatro costados. A la celebración del Celsius 232, con decenas de aficionados, se unió ayer la visita de un buen número de viajeros del crucero "Braemar", propiedad de la naviera noruega Fred Olsen. Desde primera hora de la mañana no era raro ver a turistas, la mayoría británicos, paseando por la ciudad. El crucero, que hizo escala por segunda vez en Avilés este año, contaba con aproximadamente 371 tripulantes y 900 pasajeros a bordo.

Stan Gorman, uno de los cientos de pasajeros británicos del crucero, afirmó que Avilés es "muy bonito" y aseguró, señalando al Centro Niemeyer, que tenía "una de las obras arquitectónicas más importantes" que había visto. Gorman, que describió el viaje como "una experiencia inolvidable", añadió que repetirá el año que viene. Otra de las pasajeras, la también británica Margareth Dobson, afirmó haber "disfrutado mucho" de su estancia en Avilés. "Es una ciudad con un encanto especial y seguro que recomendaré la visita a mis amigos británicos", reconoció Dobson, que repite por segunda vez en el crucero "Braemar". Los cruceristas no sólo estuvieron en Avilés. Muchos de ellos partieron hacia Gijón, donde pudieron visitar el Jardín Botánico, y Oviedo.

La llegada de los turistas británico coincidió con la marcha de muchos de los participantes en el festival Celsius, que cerró con récord de asistentes a las actividades. Algunos llegaron desde Vitoria, Fuengirola o Barcelona, como Gabriella Campbell, José Antonio Vitrina y Seve Fernández, que se despedían "encantados" tanto de la experiencia como de la ciudad.