La sociedad Cartera de Inversiones Melca, la matriz del conglomerado empresarial que fundó en 1970 José Luis García Arias, tiene restringidos los movimientos monetarios por decisión judicial en una cifra que fuentes del grupo eludieron concretar pero que impide, por ejemplo, el pago ordinario de las nóminas a los cinco trabajadores empleados en la oficina donde late el "corazón financiero" de un holding que se halla sumido en una grave crisis, como desveló LA NUEVA ESPAÑA, desde que el pasado mayo la esposa y dos hijos de García Arias -Isabel Becerril y Daniel y Elena García Becerril- se uniesen para tratar de desmantelar la corporación en contra de los deseos del fundador y de su hijo mediano, Miguel García Becerril.
La limitación cautelar impuesta a Cartera de Inversiones Melca es consecuencia de la personación en el Juzgado de Isabel Becerril, la esposa de José Luis García Arias, en fecha posterior al 6 de mayo, el día que la cónyuge y dos de los tres hijos del empresario lograron quitarle la condición de administrador del grupo que fundó. Becerril actuó movida por el temor a que el apoderado de la corporación, su hijo Miguel García (alineado en este pulso familiar con su padre), retirase fondos de la matriz al punto de provocar su despatrimonialización. La decisión judicial de imponer un límite a los movimientos de dinero ha sido recurrida por el fundador y sólo puede ser obviada con el acuerdo unánime de las cinco partes en litigio: el matrimonio García-Becerril y sus tres hijos.
Las once empresas agrupadas en la corporación Melca tienen absoluta independencia económica y financiera para ingresar, pagar e invertir, pero ocurre que la práctica habitual de esta corporación empresarial que da empleo a más de 150 personas es que las diversas sociedades que la integran usan a la matriz, la que ahora tiene restringidos los movimientos monetarios, como banco. De ese modo, en caso de necesitar una inyección puntual de tesorería las empresas del Grupo Melca suelen apelar a la sociedad de cartera, a la que luego devuelven el préstamo igual que si de una entidad financiera se tratase. La restricción de la libre circulación de dinero en Cartera de Inversiones Melca genera una situación de incertidumbre entre las filiales del grupo, que podrían verse en apuros de tesorería en caso de sufrir retrasos en los cobros ordinarios por los servicios y trabajos que realizan; un factor más de intranquilidad que añadir al incierto futuro del holding avilesino.
La próxima semana se espera el pronunciamiento del Registro Mercantil sobre el polémico nombramiento de Daniel García Becerril como liquidador de la corporación empresarial Melca, que tiene un patrimonio neto estimado superior a los cien millones de euros. Fuentes próximas al fundador del grupo empresarial advierten de que si el registro del Mercantil se "atreve" a confirmar ese nombramiento, y tal y como LA NUEVA ESPAÑA de Avilés adelantó en su edición de ayer, "la batalla judicial estará servida y con todas las consecuencias". Eso es, precisamente, lo que más temen en medios sindicales, por los daños en términos de empleo que esa guerra incruenta pudiera deparar.
