"Los periodos vacacionales aumentan la inseguridad en los polígonos industriales debido, fundamentalmente, a la modificación de horarios, el cierre temporal de negocios o la reducción de plantillas en otros por el disfrute de las vacaciones de los empleados". Esta es la advertencia que los responsables de la Federación de Polígonos Industriales de Asturias (APIA) ha hecho llegar a sus asociados hace unos días y que acompaña de unas pautas básicas a seguir para ponérselo más difícil a los ladrones. Porque los cacos, como muchas veces recuerda la Policía, no cogen vacaciones; al contrario, aprovechan las del prójimo para hacer de las suyas.

La asociación que desde el pasado mes de julio preside el empresario Germán Cantera aconseja, más allá del evidente cuidado para no dejar ventanas e incluso puertas abiertas que facilitarían el acceso al interior de las instalaciones a cualquier extraño, extremar las precauciones teniendo en cuenta aspectos como estos: no hablar delante de desconocidos sobre la existencia de dinero en efectivo y objetos de valor en las instalaciones de la empresa, no comentar con nadie la inexistencia de medidas de seguridad en la nave o, en el caso de tenerlas, cómo funcionan y dónde se encuentran; y poner barreras físicas como barrotes en ventanas a baja altura, puertas blindadas, candados y cierres de seguridad, etcétera.

En la medida de las posibilidades económicas, APIA anima a sus asociados a instalar dispositivos de seguridad como alarmas y cámaras de videovigilancia, realizar periódicamente el mantenimiento adecuado de esos dispositivos de seguridad, procurar no dejar luces encendidas por la noche en zonas desde las que pueda verse el interior y comprobar que los vehículos y camiones que quedan estacionados estén cerrados y sin las llaves puestas. Y en todo caso, colaborar con las fuerzas y cuerpos de seguridad o la vigilancia privada del polígono.