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PEDRO CEREZO GALÁN | Catedrático emérito de Filosofía de la Universidad de Granada y miembro de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas

"Sancho Panza es un político utópico en busca de un ideal de justicia que no halla"

"Las redes sociales abren la posibilidad de expresarse, pero como no hay interacción cabe caer víctimas de la opinión dominante: el gregarismo"

Pedro Cerezo Galán, ayer, en La Granda. MARA VILLAMUZA

Pedro Cerezo Galán nació un 14 de febrero de 1935 en Hinojosa del Duque (Córdoba). Filósofo por vocación, fue decano de la Facultad de Filosofía en la Universidad de Granada. El catedrático fue también diputado al Congreso por el PSOE entre 1982 y 1986. Actualmente, es académico de la Real de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Patronato de la Fundación María Zambrano y de la Fundación Cultural andaluza José Manuel Lara. Entre otros premios cuenta con el Ortega y Gasset de Ensayo y Humanidades de Madrid (2004). Es asimismo autor de numerosas publicaciones. Ayer, pronunció una conferencia en La Granda bajo el título "Quijote y la libertad". El curso, que se prolongará durante los próximos días, tiene por objetivo analizar el mundo cervantino desde la perspectiva del siglo XXI. De Don Quijote se habló ayer y mucho en el chalé de Arcelor, donde también se aplaudió el trabajo desarrollado por el filósofo asturiano Gustavo Bueno, fallecido el domingo a los 91 años. "Es una pérdida sustantiva. Es el filósofo de la segunda mitad del siglo XX que ha logrado sentar tesis en filosofía y difundir la filosofía crítica desde Oviedo", manifestó Cerezo, antes de desgranar la obra cumbre de Miguel de Cervantes en el cuarto centenario de la muerte del escritor.

-¿Por qué cree que Don Quijote se lanza a la aventura casi a la edad de la jubilación?

-Experimenta un vacío enorme en torno a su propia existencia. Don Quijote quería autoinventarse, seguir su vocación y sus ideales. El idealismo de la libertad se anticipa con este personaje que tiene la capacidad de reinventarse así mismo.

-En medio de una bronca en la que termina malherido, Don Quijote grita: "Yo sé quien soy". ¿Definirse a uno mismo es fundamental para conseguir la libertad?

-Se ha dado mucha importancia a esa afirmación. Unamuno, por ejemplo, la toma como reveladora de que el héroe es consciente de su nueva personalidad. Otros autores dan otra lectura y consideran que el héroe está disfrazado de actor y representando un papel. Esa expresión es equívoca. Creo que en el fondo expresa la certeza de su vocación y, por consiguiente, de sí mismo y del personaje que está en juego.

- "¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo", le dice Don Quijote a Sancho Panza hablando de la libertad.

-Creo que la lección de Don Quijote es la emancipación del mundo establecido y la invención de sí mismo; es decir, la autocreatividad. Pero cuando realmente hace un canto a la libertad es cuando sale del palacio donde es sometido a burlas desaforadas urdidas por los duques y su mayordomo que ponen en solfa al propio héroe. En este momento hay un canto a la emancipación, a la liberación. Naturalmente este canto a la libertad tiene costes de marginalidad del personaje.

-¿La libertad es cara?

-Cuesta cara. Don Quijote la halla tarde y viene después de varias decepciones.

-¿El hecho que Cervantes fuera cautivo le hizo amar la libertad?

-Sin duda. En la esclavitud se sueña con la libertad. Cervantes incuba la pasión por la libertad en Argel.

-¿Para amar la libertad como hizo entonces Cervantes debemos pasar por el cautiverio en el siglo XXI?

-Tal vez no por un cautiverio en el sentido estricto. Ahora, por ejemplo, estamos en el cautiverio dorado del bienestar, aunque está en crisis también. Lo que está claro que es que hay que tener la experiencia de la cautividad para lograr emanciparse.

-¿Existe un Don Quijote en la política actual?

-Bueno... En todo gran político hay una dimensión utópica de transcender la realidad. Los políticos de hoy están muy cortados al hombre social dominante, pero en todo gran político hay una sujeción utópica. Don Quijote chocaba contra las fuerzas establecidas y en los consejos que le da a Sancho se ve la dimensión de ese utopismo.

-¿La libertad existe en las redes sociales?

-No opino con mucho conocimiento porque no entro en redes sociales, aunque sí utilizo internet. Creo que se da ocasión de libertad pero existe el riesgo de caer en el pensamiento colectivo. Las redes sociales abren la posibilidad de expresarse pero como no hay interacción cabe caer víctima de la opinión dominante: el gregarismo. Las redes sociales no se basan en contrastar ideas sino en sumarse a opiniones que vienen dadas.

-¿Sancho Panza obraba con libertad o con ambición de poder?

-Sancho Panza obviamente se pinta como un personaje ambicioso. Pero era un pobre que tenía como ambición, como no podría ser de otra manera, salir de la pobreza. La prueba de que no obraba por ambición es que rechaza el poder tan pronto como topa con él. En Barataria busca la prudencia. Sancho Panza es un político utópico porque nunca se acomoda a las circunstancias que le pueden llevar al triunfo, un hombre que busca un ideal de justicia que no halla.

-Cerrando un momento "El Quijote". ¿Las letras tienen futuro?

-Deberían tenerlo. Un futuro sin humanismo es impensable. Sin futuro para las letras no hay futuro para el hombre, eso debe quedar claro. El problema es que estamos fallando: el gran desafío tecnológico y científico debería ir de la mano del humanismo de las letras, a dúo, y no es así.

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